Médico en Japón: «Ninguna mujer que esté embarazada puede recibir la vacuna”

Vacunación en Japón

Ni los médicos son inmunes a la desinformación sobre las vacunas contra el coronavirus. Fue el caso de un médico que se negó a que una mujer embarazada en Japón recibiera la vacuna.


«Ninguna mujer que esté amamantando o que esté embarazada puede recibir la vacuna. Es mi decisión». Así de tajante fue el médico, según Mainichi Shimbun.

El profesional de la salud ignoró que, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Japón y la evidencia científica disponible en el mundo, las mujeres embarazadas pueden vacunarse.

La mujer tiene 35 años, hace trabajo de oficina en la región de Kanto y espera dar a luz el próximo mes. Debido a que tenía que salir de casa para trabajar y hacerse los chequeos de rigor, con lo cual se exponía a contraer el virus, decidió que lo mejor sería vacunarse.


La mujer consultó con el médico que sigue su embarazo y leyó informes del Ministerio de Salud, la Organización Mundial de la Salud y la Sociedad Japonesa de Obstetricia y Ginecología. Conclusión: luz verde para la vacuna.

Tenía dos opciones. Desechó la primera, reservar una cita a través del municipio de la ciudad donde reside, porque no había garantías de que pudiera ser inmunizada antes de dar a luz.

Eligió la segunda. Su esposo trabaja en una universidad calificada por las autoridades para aplicar las vacunas a sus estudiantes, trabajadores y las familias de estos.


La futura mamá sacó cita. Hasta ahí, todo normal. La historia cambió el día que le tocaba, cuando, incrédula, escuchó cómo el médico profesor encargado le negó la vacuna por su embarazo.

La mujer le recordó que el Ministerio de Salud de Japón dice que las embarazadas también pueden recibirla, pero el médico se mantuvo en sus trece sin darle ninguna razón.


«El profesor no explicó por qué no podía recibir la vacuna. Depende de las personas, incluyendo a las mujeres embarazadas, decidir si reciben la vacuna o no. No podía entender por qué era tan terco en su negativa a vacunar a mujeres embarazadas. Me sentí impotente. No importara lo que yo dijera, él no me escucharía», relata.

Frustrada, regresó a su casa sin la vacuna.

La mujer, por supuesto, le comunicó a su esposo el incidente. El hombre protestó en la universidad. Finalmente, el centro de estudios accedió a su petición y la futura madre recibió su primera dosis el 9 de julio.

El esposo pudo hablar con el médico en cuestión. Este le dijo que hizo lo correcto al rechazar que la mujer fuera inmunizada para “protegerla”, pero que cambiaba de opinión si ella quería vacunarse conociendo los riesgos. (International Press)

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