El Ejecutivo italiano aprobó este sábado medidas extraordinarias para contener la difusión de los casos de coronavirus en el norte del país que han causado dos muertos y alcanzan ya los 79 contagiados. Se ha prohibido la entrada y salida en 11 localidades consideradas epicentro de la epidemia y donde viven unas 50.000 personas.
Se trata de Casalpusterlengo, Codogno, Castiglione d’Adda, Fombio, Maleo, Somaglia, Bertonico, Terranova dei Passerini, Castelgerundo y Sanfiorano, en la región de Lombardia y se ha convertido en la zona cero de este foco de coronavirus en Italia.
Asimismo, también se han puesto en estado de aislamiento Vo’ Euganeo, en la provincia de Padua, de unos 4.000 habitantes, y donde se produjo la primera víctima mortal, un hombre de 78 años.
La segunda víctima es una mujer de 77 años que estuvo en Codogno, pero que falleció el pasado 20 de febrero en su casa por complicaciones respiratorias, pero que una prueba realizada tras su muerte ha confirmado que era positiva al virus.
Entre otras medidas, también se suspendieron todos los eventos públicos, comenzando por todos los programados para este domingo en Lombardía y Véneto, como los partidos de la Serie A de fútbol italiana Inter-Sampdoria, Atalanta-Sassuolo y Verona-Cagliari.
La preocupación se concentra ahora en conocer el origen de este foco, ya que resulta extraño que todos estos contagios sean originados por el caso de un italiano de 38 años que en un primer momento se creyó que se había infectado al cenar con un amigo que había estado en China y había regresado de este país el pasado 21 de enero.
Sin embargo, el viceministro de Sanidad, Pierpaolo Sileri, confirmó que el presunto «paciente cero» que habría contagiado a su amigo tras regresar de China nunca tuvo el virus.
«De las pruebas que hemos realizado podemos asegurar que no ha desarrollado los anticuerpos al virus y por tanto no lo ha tenido», explicó Sileri.
Pero además del contagio en Lombardía, quedan por resolver los casos en Véneto que no han tenido ningún tipo de contacto con esta persona.
La falta de cifras oficiales desde el Gobierno en las primeras horas alimentó el nerviosismo entre la población. Entre el viernes y el sábado, dos trenes, uno en Milán y otro en Lecce, se detenían al menos una hora porque en ellos viajaban casos sospechosos de coronavirus. En uno una mujer alertaba de la presencia de un pasajero procedente de China con posibles síntomas. Resultó una falsa alarma pero tuvo que intervenir la policía ferroviaria.
En Turín, el clima de sobresalto ha ido más allá. Una mujer italiana de origen chino ha sido insultada y agredida en plena calle. «Virus, vete de aquí», le gritaban mientras le propinaba puñetazos y patadas. EFE
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