En 2013, dos años después del accidente nuclear en Fukushima, el gobierno de Japón implantó nuevas normas de seguridad contra desastres naturales y accidentes en las plantas nucleares.
En ese escenario, las compañías eléctricas tenían la opción de reactivar sus centrales una vez que hubieran implementado las nuevas normas o desmantelarlas.
En cualquiera de los dos casos, los costos son altísimos.
Una investigación realizada por Kyodo descubrió que implantar las normas de seguridad impuestas por el gobierno, mantener las instalaciones nucleares o desmantelarlas han alcanzado un costo de aproximadamente 13,46 billones de yenes (alrededor de 122 mil millones de dólares).
El monto podría aumentar más aún y causar una subida de las tarifas de electricidad.
5,4 billones de yenes se han empleado para introducir las medidas de seguridad en 15 plantas nucleares.
849.200 millones de yenes se han gastado en el desmantelamiento de 17 reactores pertenecientes a 9 centrales nucleares (las compañías propietarias eligieron esta opción ante los grandes costos que implica implantar las medidas de seguridad).
7,2 billones de yenes se han utilizado en el manteniento de las centrales desde 2013.
(International Press)
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