Roban 32,5 millones de yenes a anciana con nuevo giro a típica modalidad de estafa

Un estafador llama a una anciana y le dice que es su hijo -u otro pariente- en apuros (por ejemplo, perdió dinero del trabajo) y que necesita recursos para salir del problema. Cuando la víctima accede, el delincuente le pide que realice una transferencia bancaria o le dice que va a mandar a un colega a su casa para recoger el dinero.


Esta modalidad de estafa, ampliamente extendida en Japón, resulta ahora más difícil de aplicar debido a que la gente está más alerta gracias a las campañas de prevención.

Sin embargo, a los estafadores, por desgracia, no les falta ingenio. Lo sufrió en carne propia una mujer de 85 años que reside en la ciudad de Tsukuba, prefectura de Ibaraki.

El sitio SoraNews24 relata su historia.


El 19 de septiembre, tocaron a la puerta de la anciana. Cuando salió a abrir, se encontró con un policía que le dijo que estaba recorriendo el vecindario para advertir a los residentes de las estafas telefónicas de falsos familiares. Antes de irse, el policía le entregó una tarjeta con su número telefónico para que se comunicara con él si recibía una llamada sospechosa.

Al día siguiente, la octogenaria recibió la llamada de un hombre que decía ser un pariente y que había embarazado a su amante. El sujeto le dijo que necesitaba dinero para lidiar con la situación.

La anciana sospechó que se trataba de una estafa y llamó al policía que la había visitado el día anterior. El policía le recomendó que le siguiera la corriente al estafador para poder rastrearlo y luego capturarlo. Así las cosas, la mujer transfirió 2,5 millones de yenes (alrededor de 23.000 dólares) a una cuenta bancaria en Tokio, un dinero que se utilizaría como anzuelo para atrapar al ladrón.


Más adelante, el policía la llamó para decirle que se necesitaba más dinero para atrapar al delincuente.

Aunque ya resultaba claro que el hombre no era un policía, sino un estafador, cómplice del otro, la anciana no se dio cuenta y continuó confiando en el falso policía, al punto de que entregó dos tarjetas bancarias, creyendo que servirían para cazar al delincuente.


Al final, los estafadores le robaron en total 32,5 millones de yenes (casi 300 mil dólares) a la víctima. La mujer descubrió el engaño cuando perdió todo contacto con el falso policía en noviembre. (International Press)

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