El cuerpo de bomberos de la ciudad de Ibaraki, en la prefectura de Osaka, despidió a tres de sus integrantes por agredir y humillar a dos jóvenes colegas.
El mayor tiene 47 años y era teniente: el segundo, de 34, era sargento; el tercero, de 33, era sargento adjunto.
El jefe de bomberos se ha recortado el salario durante tres meses para asumir la responsabilidad por las agresiones, informó Asahi Shimbun.
Los tres despedidos actuaron con crueldad.
El teniente, contrariado porque una de las víctimas se negó a mostrarle una foto que tenía en su teléfono, la ató con una soga y la colgó boca abajo de los pasamanos de un camión de bomberos durante unos cinco minutos.
El hombre fue interrogado como parte de una investigación interna realizada por el cuerpo de bomberos y se justificó diciendo que «solo estábamos jugando un juego».
En otra ocasión, lo obligó a desnudarse el torso para exponer su piel a un insecticida utilizando un encendedor, supuestamente para eliminar su vello corporal.
Al otro bombero, el teniente lo golpeó repetidamente en el pecho durante un entrenamiento. Después de derribarlo, puso su bota sobre la espalda del joven más de 30 veces.
Los otros dos agresores estrangularon a este joven bombero con un dispositivo de presión arterial que colocaron alrededor de su cuello.
Los atacantes ignoraron las súplicas de la víctima y solo se detuvieron cuando el rostro de esta cambió de color debido a la falta de oxígeno. Para justificarse, dijeron que su intención había sido averiguar si se podía medir la presión arterial desde el cuello.
El teniente ordenó a los otros dos que guardaran silencio sobre las agresiones.
Los abusos salieron a la luz cuando una de las víctimas habló de ellos con un colega en septiembre. Tras la revelación, el cuerpo de bomberos inició una investigación. (International Press)
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