Lipson Alexander es un canadiense de 35 años que llegó a Japón en 2006 para trabajar como profesor de inglés. Lo hizo durante 12 años en escuelas públicas en la prefectura de Shizuoka. Después de obtener su residencia permanente en Japón, decidió cambiar de profesión.
Desde hace aproximadamente un año, trabaja como taxista para la compañía Hinomaru Kotsu, con sede en Tokio.
Alexander es uno de los 40 extranjeros, procedentes de 20 país, que trabajan para Hinomaru Kotsu.
Los taxistas con dominio del idioma inglés como Alexander, que además habla el japonés con fluidez, son cada vez más importantes en Tokio ante el aumento de los turistas extranjeros y la proximidad de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2020, destaca Mainichi Shimbun.
Hinomaru Kotsu, que recibe llamadas de hoteles que solicitan el envío de taxistas que entiendan inglés, se ha trazado el objetivo de incrementar a 100 el número de sus conductores extranjeros.
Alexander tiene pasajeros extranjeros casi todos los días. Gracias a sus 13 años en Japón, posee suficiente experiencia y conocimiento para recomendar atractivos turísticos y culturales del país.
Cuando el personal humano no alcanza, la tecnología es una valiosa aliada para atender a los visitantes extranjeros. En la estación de Shimokitazawa, Tokio, un robot de unos 30 centímetros de altura, equipado con inteligencia artificial, orienta a los turistas.
Cuando un australiano de 67 años le pregunta al robot en inglés cómo puede llegar a Shibuya, la diminuta máquina muestra en una pantalla la ruta que debe tomar, así como la tarifa a pagar.
El robot entiende inglés, chino y coreano.
Desde agosto, la compañía East Japan Railway probará 10 tipos de robots con inteligencia artificial en ocho estaciones de tren.
Otra de las herramientas que están usando en Tokio para ayudar a los extranjeros son los pictogramas en espacios públicos para transmitir información a través de imágenes. (International Press)
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