El 19 de abril, un hombre de 87 años atropelló y mató a una mujer y su pequeña hija en una calle en Ikebukuro, Tokio.
El conductor, Kozo Iizuka, dijo entonces que el acelerador de su coche se había atascado impidiendo que retornara a su posición original.
La policía, sin embargo, cree que el anciano quiso frenar, pero se equivocó y presionó el acelerador.
El automóvil de Iizuka fue revisado y no se detectó ningún problema en los pedales del acelerador o freno, lo que indica que el accidente mortal fue causado por una falla humana y no mecánica, informó Kyodo.
El coche se desplazó unos 150 metros fuera de control, atropellando a peatones y embistiendo un camión de basura. Ocho personas resultaron heridas.
Iizuka y su esposa, que iba con él en el coche, sufrieron rotura de huesos.
La policía planea interrogar al anciano cuando se recupere. (International Press)
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