Una simple llamada de atención en una autopista en la prefectura de Kanagawa el 5 de junio de 2017 desencadenó una tragedia que acabó con la vida de una pareja de esposos y dejó a dos chicas huérfanas.
El responsable de la tragedia, Kazuho Ishibashi (26), está siendo enjuiciado en el Tribunal de Distrito de Yokohama en un caso que ha causado un fuerte impacto en la sociedad japonesa.
Durante el juicio, se leyó el testimonio escrito de la hija menor (11).
La hija mayor, de 17 años, testificó desde un ambiente separado. La adolescente exigió un castigo severo a Ishibashi para reducir los incidentes como el que causó la muerte de sus progenitores, revela Asahi Shimbun.
Todo comenzó cuando el papá de las menores, Yoshihisa Hagiyama (45), reprendió a Ishibashi por estacionar mal su coche en una zona de aparcamiento en la autopista Tomei.
Ishibashi, furioso, persiguió la van de los Hagiyama (iban a bordo Yoshihisa, su esposa Yuka y sus dos hijas) durante 1,4 km aproximadamente, alcanzando una velocidad de hasta 118 kilómetros por hora (el límite es de 80 km/h).
El atacante sobrepasó la van y se detuvo delante de ella para obligarla a parar. Ishibashi se bajó de su coche para agredir a Hagiyama. Mientras discutían, un camión chocó por detrás a la camioneta.
Ishibashi está acusado de conducción peligrosa causante de muerte y lesiones. Podría ser condenado a 20 años de prisión.
La adolescente tuvo que revivir la pesadilla durante el juicio.
Ella estaba en el asiento delantero del pasajero, mientras su mamá conducía.
Cuando Ishibashi se les adelantó y comenzó a reducir la velocidad para bloquear el paso de los Hagiyama, la mamá intentó evadirlo cambiando de carril. Sin embargo, Ishibashi se movía repetidamente para impedir que pudieran escapar de él.
«Tenía miedo de que nuestra van pudiera chocar (con el vehículo de Ishibashi). Nunca vi a alguien conducir así en mi vida. Mis padres estaban alarmados, así que supe que algo grave estaba pasando».
La madre, finalmente, tuvo que detener el coche. «Pensé que no había manera de que pudiéramos salir de esto», testificó la chica.
Su padre abrió la puerta de la van mientras Ishibashi caminaba hacia el vehículo, gritando: «¿Quieres que te mate?» y «Te voy a tirar a la autopista». Luego, agarró a su papá por el cuello y lo empujó.
Ishibashi trató de sacar a su papá de la van. La adolescente tenía miedo de que lo matara y le suplicó al agresor: “Por favor, para”. La chica, aterrorizada, comenzó a llorar.
Su mamá iba a salir de la van cuando se produjo el choque. Fue la última vez que vio con vida a sus papás.
Cuando recuperó la conciencia, le dijeron que sus padres habían muerto. “Estaba muy triste porque nunca más volvería a verlos”.
Cada vez que recuerda a sus papás, llora mucho, pero lo hace por la noche, cuando está sola, porque no quiere preocupar a sus abuelos, con quienes vive ahora. Le preguntaron qué le diría al acusado: “Es incomprensible que se haya molestado tanto por una llamada de atención», dijo.
El tribunal fallará el 14 de diciembre. (International Press)
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