Los largos periodos de detención en inmigración en Japón inducen al suicidio

Los detenidos deben mantener el orden y la limpieza (Asahi)

El Centro de Inmigración Higashi-Nihon en la ciudad de Ushiku, prefectura de Ibaraki, fue noticia en abril después de que un ciudadano indio que estaba detenido ahí se suicidó.

Tras su muerte, unos cien extranjeros detenidos en el lugar se declararon en huelga de hambre durante una semana para exigir el fin de sus largas detenciones mientras esperan que las autoridades procesen sus solicitudes para acogerse a la condición de refugiado.


En mayo, un nikkei brasileño, un camerunés y un turco intentaron quitarse la vida.

337 personas de 41 países están encerradas en Higashi-Nihon, de las cuales aproximadamente el 70 % ha solicitado ser reconocido como un refugiado. Otros esperan la deportación tras permanecer de manera ilegal en el país.

La primera minoría está formada por extranjeros de Irán, seguidos por los de Sri Lanka.


El Ministerio de Justicia abrió las puertas del centro a los medios de comunicación y Asahi Shimbun fue uno de ellos.

El reportero del diario nipón contó que los detenidos pasan la mayor parte de su tiempo en sus “habitaciones”, cada una con una capacidad de una a cinco personas.

Tienen permiso para salir de sus celdas un total de seis horas por la mañana y por la tarde.


Pueden usar el espacio común, vigilado por cámaras, para jugar tenis de mesa o hacer llamadas telefónicas.

Disponen de 40 minutos diarios para realizar ejercicios físicos al aire libre.

El problema, sin embargo, no radica tanto en las condiciones de vida como en los largos periodos de detención.

Hace siete u ocho años, el período de detención en el centro era en promedio de dos a tres meses; actualmente es de uno a dos años.

Un extranjero llegó a estar encerrado en el centro durante cuatro años y once meses.

La incertidumbre puede ser fatal. Koichi Kodama, un abogado experto en derechos humanos de extranjeros, declaró a Asahi que «la detención en un centro de inmigración instiga los intentos de suicidio porque los detenidos son puestos en un estado en el que no tienen idea de cuándo se les permitirá salir».

A su juicio, Japón debería adoptar un sistema como el británico, en el que un tribunal decide en un lapso de varios días si una persona debe ser detenida y por qué.

A fines del año pasado, había 1.351 personas detenidas en centros de inmigración de todo Japón. 576 llevaban encerradas al menos medio año, duplicando la cifra de 2013.

En abril, un extranjero llevaba detenido cinco años y siete meses.

¿Qué dice el gobierno de Japón a todo esto?

Un funcionario del Ministerio de Justicia, Hiroshi Kimizuka, cree que los periodos de detención se han alargado porque como la deportación se suspende mientras duran los procedimientos relativos a las solicitudes de refugio, quizá cada vez más extranjeros que son detenidos por trabajar ilegalmente están solicitando el estatus de refugiado para evitar ser deportados. (International Press)

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