Comienza el Golden Week y dos amigos en la ciudad de Akashi, prefectura de Hyogo, deciden salir a tomar unos tragos. Terminada la juerga, se meten en el automóvil de uno de ellos de vuelta a casa. Ahí comienzan sus problemas.
El conductor, un soldador de 32 años, ebrio, por supuesto, pierde el control del coche, cae en una canaleta de desagüe, pierde un neumático y choca con una cerca.
El conductor y su amigo, un oficinista de 33 años, salen del auto y huyen a pie del lugar del accidente, pero un policía que está patrullando la zona los intercepta.
El soldador es arrestado por conducir borracho. El oficinista solo es interrogado, pero de pronto, en un acto que desafía toda lógica (en una persona sobria, claro), se acerca al policía y le lame el rostro, entre la boca y la nariz.
Tan absurdo como el acto es la explicación que, según el sitio SoraNews24, ofrece el oficinista: “Un mosquito se puso en la cara del policía y yo estaba tratando de quitárselo”.
Por este insólito hecho, ocurrido el fin de semana, el hombre fue arrestado y enfrenta una acusación por obstruir la labor de un servidor público. (International Press)
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