El 7 de febrero pasado, un joven de 19 años fue encontrado muerto dentro de su vehículo en la ciudad de Sakai, prefectura de Fukui. Murió envenenado por monóxido de carbono.
El coche estaba atrapado por la nieve.
Su muerte pudo haberse evitado.
En la mañana de ese día, el joven llamó a los servicios de emergencia para decir que su automóvil estaba inmovilizado. La policía le dijo que esperara el arribo de un grupo de trabajadores que quitarían la nieve. Sin embargo, la policía no se contactó con las autoridades de Fukui, que coordinaban los trabajos de remoción de la nieve.
El joven llamó también a su mamá, que a su vez llamó tres veces a la policía.
La policía, reveló la madre en una entrevista concedida a la NHK, no envió a nadie para rescatar a su hijo; tampoco se contactó con las autoridades de Fukui para verificar si el hombre había sido rescatado.
Cuando la mujer llamó por tercera vez, la policía le dijo que llamara a la fuerza especial para desastres de Fukui.
La policía dijo que no consideró que las llamadas de la mujer fueran urgentes y que creyó que lo que ella quería era simplemente que se removiera la nieve alrededor del coche de su hijo.
Por su parte, la madre dijo que pidió que rescataran a su hijo porque creía que su vida estaba en peligro. Además, contó que la policía le prometió devolverle la llamada tras verificar el estado de su hijo. Como no lo hacía, ella volvía a llamar.
La mujer declaró a la NHK que esperaba más compasión por parte de la policía.
La policía aseguró que toma el incidente con mucha seriedad (algo que no hizo cuando la madre llamó) y que intensificará sus esfuerzos para enfrentar situaciones de desastre. (International Press)
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