El japonés Noriaki Kasai, recién convertido en los Juegos de PyeongChang en plusmarquista absoluto de participaciones olímpicas de invierno, con ocho, indicó, a los 45 años que su intención es «seguir saltando hasta los Juegos de Sapporo», localidad japonesa que se plantea presentar su candidatura a albergar la cita invernal de 2026.
Kasai, que hace cuatro años ganó la plata en el trampolín grande de los Juegos de Sochi (Rusia), se convirtió de esa manera, con 41, en el más veterano medallista de la historia del olimpismo invernal.
El simpático Noriaki, sin duda una de las grandes estrellas de los Juegos de PyeongChang -detenta una innumerable lista de récords relacionados con su longevidad deportiva-, concluyó en vigésima segunda posición, el sábado, la prueba de trampolín corto, que ganó el alemán Andreas Weillinger. Que tiene más de la mitad de años menos que él y que, con 22, podría ser su hijo.
«Yo me siento como si tuviera 20. Hago los mismos entrenamientos que los saltadores jóvenes», explicó el bravo saltador oriental, que ganó su primera medalla olímpica hace 24 años, en Lillehammer (Noruega).
«No he cambiado mi régimen de entrenamientos desde que empecé. Tengo mucha experiencia y siempre estoy aprendiendo», indicó Kasai, que cuando le preguntaron qué es lo que le mantiene tan joven indicó que come «comida japonesa».
«Quiero seguir hasta Sapporo», dijo, en referencia a la posible candidatura de esa localidad de su país para albergar la cita de 2026. Es de suponer que lo diga en broma. Aunque con Noriaki Kasai nunca se debe bromear. (EFE)
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