Nissan reanudó hoy la producción y envío de vehículos en cinco de sus seis plantas japonesas, tras el visto bueno de las autoridades niponas a las medidas tomadas para poner fin a sus inspecciones irregulares.
El Ministerio de Transporte nipón inspeccionó entre el 1 y el 5 de noviembre las fábricas de Nissan, a excepción de la planta en Kioto de su subsidiaria Nissan Shatai, y aprobó las correcciones y medidas preventivas adoptadas.
«La inspección de la planta de Kioto se ha realizado al margen de las otras, por lo que llevará un tiempo obtener la aprobación del Ministerio», explicó a Efe un portavoz de Nissan.
La compañía tomó la decisión de interrumpir la comercialización y producción en Japón tras comprobar que las irregularidades persistieron en algunas de sus fábricas incluso después de que el problema saliera a la luz el pasado 29 de septiembre.
La normativa japonesa establece que sólo inspectores certificados y previamente registrados en el sistema aprobado por el Ministerio de Transporte de Japón pueden dar el visto bueno a los vehículos que van a ser comercializados en el mercado japonés.
Algunas de las revisiones de Nissan fueron hechas por personal no acreditado, aunque los informes sí fueron firmados por trabajadores certificados, lo que constituye una práctica irregular en el país asiático.
La compañía ha tomado medidas para «garantizar que la inspección final de vehículos cumpla con las regulaciones japonesas» y tras hallar «fallas» en el proceso interno de registro de las plantas y los programas de educación para los inspectores, adoptará «medidas correctivas adicionales, incluida la reeducación y un nuevo examen».
Las irregularidades obligaron a la compañía a revisar más de un millón de vehículos y ha impactado en sus ventas en el país asiático en octubre, mes en el que podrían haber caído en torno a un 50 %, según estimaciones de Nissan.
La compañía publicará los datos finales de ventas correspondientes al pasado mes a finales de noviembre. (EFE)
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