Perú se conjura en estos días con su selección para afrontar el crucial duelo del próximo martes ante Colombia, su partido más importante de los últimos veinte años, en el que puede lograr una histórica clasificación para el Mundial de Rusia 2018.
Los peruanos han tenido que esperar dos décadas para que se les presente nuevamente la oportunidad de ganarse un billete para una Copa del Mundo, torneo donde gran parte de sus aficionados nunca han visto a la Blanquirroja, pues no lo disputa desde que hace 35 años participó en España 1982.
La última vez que Perú llegó a la jornada final de las eliminatorias sudamericanas con opciones de clasificarse fue en 1997, pero en aquella ocasión se quedó a las puertas del Mundial de Francia 1998 por tener una menor diferencia de goles con Chile, con quien igualó a 25 puntos.
Ahora, Perú vuelve a tener 25 puntos y ante Colombia, que también está urgida de ganar para no complicar su clasificación, tendrá la oportunidad de firmar su mejor actuación en unas eliminatorias si suma al menos un punto más.
Quien gane el partido pasa de manera directa al Mundial, pero un empate o una derrota hace que cualquiera de los dos equipos tenga que esperar una carambola de resultados en los partidos de Argentina, Chile y Paraguay.
Los peruanos no están dispuestos a que se les escape otra vez un tren que han esperado tanto tiempo y que además pasa por su casa, el Estadio Nacional de Lima, cuyas 40.000 entradas para el partido están agotadas desde hace más de una semana, después de que la demanda en la venta en línea superara las 400.000 personas.
Con Paolo Guerrero como referente, esta selección plagada de jóvenes valores quiere inscribir su nombre junto a históricos nombres de mundialistas peruanos como Teófilo Cubillas, Hugo Sotil y César Cueto, algo que no pudieron hacer en el 97 grandes talentos como Nolberto Solano, Roberto ‘el Chorri’ Palacios y Flavio Maestri.
No es entonces baladí que muchos de los jugadores dirigidos por el argentino Ricardo Gareca hayan catalogado el encuentro contra Colombia como el partido de sus vidas, pues aunque muchos rondan los 20 años y aún tienen mucha carrera por delante, lograr el pase a la Copa del Mundo marcará por completo sus trayectorias.
Es el caso de Édison ‘el Orejas’ Flores y Christian Cueva, pero también del portero Pedro Gallese, del defensa Miguel Araujo, de los centrocampistas Renato Tapia y Andy Polo, e incluso de Wilder Cartagena, que apenas lleva dos partidos con la selección, entre otros.
En las calles de las ciudades y pueblos de Perú no hay otro tema de conversación, conscientes de la trascendencia del encuentro ante Colombia y un tanto escépticos de la estadística, que recuerda que los colombianos puntuaron en ocho de sus nueve visitas a Lima por eliminatorias.
Esa fiebre de desbordante ilusión por lograr un hito que parecía inalcanzable hace solo un año tiene como gran negocio la venta de camisetas franjirrojas, la prenda de gala con la que los peruanos quieren entrar al Mundial, especialmente si lleva el dorsal de Guerrero, Flores o Cueva.
Los más cabalísticos juntan una zamarra del ‘Orejas’, con el dorsal 20, con otra de André Carrillo, con el número 18, para formar el 2018, como ya ha ocurrido en varias celebraciones de goles de la selección, lo que en Perú es interpretado como una providencial señal que este año «ya le toca» a la Blanquirroja ir al Mundial. EFE
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