El japonés Gaku Shibasaki difícilmente olvidará este 16 de septiembre de 2017. Primero por su primer gol en la máxima categoría, segundo por hacerlo frente al Barcelona, el eterno rival del Real Madrid, y tercero porque no pudo terminar el partido por lesión y su equipo acabó perdiendo.
Shibasaki se dio a conocer a nivel internacional el 18 de diciembre de 2016. Aquel día, vistiendo los colores del Kashima Antlers, anotó dos goles al Real Madrid en la final del Mundial de Clubes que hizo que el título se decidiera en la prorroga, con victoria final para el equipo español.
Su actuación en ese Mundial le llevó a ser elegido Balón de Bronce como tercer mejor jugador de un torneo que supuso su despegue y su puerta de entrada a Europa.
Un mes después, el 31 de enero de este 2017, se oficializó su incorporación al Tenerife. En Segunda, con el club canario, disputó 16 partidos, marcó dos goles y formó un tridente ofensivo de lujo junto al senegalés Amath N’Diaye y el hondureño Anthony ‘Choco’ Lozano que a punto estuvo de llevarle a Primera.
Con el Tenerife no pudo cumplir el sueño del ascenso para jugar en la máxima categoría española, pero sí lo hizo con el rival que le privó de ese deseo, el Getafe.
El 17 de julio fichó por el equipo madrileño y su presentación se desarrolló bajo una enorme expectación en la sala de prensa del Coliseum Alfonso Pérez, que tuvo muchos más periodistas acreditados que las de sus compañeros.
Desde el primer momento, Shibasaki se ha ganado la confianza del técnico José Bordalás, que lo ha alineado como titular en los cuatro primeros partidos de Liga.
Su mejor actuación se la tenía guardada para recibir al Barcelona. En ataque se ofreció, buscó el balón, no cesó de correr y a los 38 minutos recogió un balón en el área del conjunto catalán para lanzar un disparo de volea con la zurda imparable para Ter Stegen.
Sin embargo, el día no pudo ser redondo. A los 52 minutos se lesionó en el tobillo izquierdo y tuvo que ser sustituido por Álvaro Jiménez. Un sabor agridulce para celebrar su primer gol en la máxima categoría española.
Su retirada coincidió con unos minutos de agobio para su equipo, que al final terminó sucumbiendo ante el poderío del Barcelona, que dio la vuelta al marcador con tantos de Denis Suárez y el brasileño Paulinho. (EFE)
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