El sábado, una aeronave militar estadounidense Osprey se estrelló en el mar en Australia. Tres marines desaparecieron.
Tras el accidente, el ministro de Defensa de Japón, Itsunori Onodera, solicitó a Estados Unidos que suspenda los vuelos de los Osprey en Japón.
En declaraciones que recoge la agencia Kyodo, Onodera dijo que el gobierno japonés insistirá en su solicitud hasta que Estados Unidos ofrezca “una sólida explicación”.
El Ejecutivo nipón pidió a Estados Unidos que divulgue información sobre el accidente, investigue la causa y tome medidas para que no vuelva a ocurrir un hecho de esta naturaleza.
«Japón instará a EEUU a dar la máxima consideración a la seguridad y minimizar el impacto en los residentes locales», subrayó el ministro.
La aeronave estrellada estaba desplegada en la base de Futenma, Okinawa, donde las autoridades y la población están preocupadas por la posibilidad de que el Osprey cause un accidente.
Onodera planea visitar Okinawa a mediados de mes y explicarle a su gobernador, Takeshi Onaga, la respuesta del gobierno japonés al accidente.
El Osprey, que puede despegar y aterrizar como un helicóptero, no es precisamente una garantía de seguridad. En mayo de 2015, el aterrizaje forzoso de una de estas aeronaves en Hawái causó la muerte de dos marines.
En diciembre del año pasado, un Osprey se estrelló en aguas de Okinawa. (International Press)
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