El primer ministro nipón, Shinzo Abe, visitó el miércoles las zonas del sudoeste de Japón más castigadas por las lluvias torrenciales de la semana pasada, donde fallecieron al menos 27 personas y otras 20 continúan desaparecidas por el desastre natural.
A bordo de un avión de las Fuerzas de Autodefensa (Ejército) niponas, Abe se desplazó a varias localidades de las prefecturas de Oita y Fukuoka, en la isla de Kyushu, donde las precipitaciones récord registradas desde el pasado miércoles dejaron el mayor número de víctimas y los peores daños materiales.
Con motivo de las lluvias torrenciales, calificadas por la Agencia Meteorológica nipona como el peor desastre natural en la zona de las últimas décadas, Abe decidió regresar a Japón en la víspera y cancelar su visita prevista a Estonia, que formaba parte de su gira europea tras asistir a la cumbre del G20 en Hamburgo (Alemania).
Las tareas de búsqueda y rescate tras el desastre continuaron en Kyushu, donde efectivos de las tropas niponas y de los bomberos lograron acceder a dos localidades donde más de un centenar de personas continuaban completamente aisladas.
Asimismo, se hallaron los cuerpos de dos nuevas víctimas mortales, lo que eleva el total de fallecidos a 27, mientras que una veintena de personas continúan desaparecidas.
Unos 1.300 habitantes de Oita y Fukuoka siguen alojados en refugios temporales después de que el temporal destruyera sus hogares o las vías de acceso a sus localidades.
Las inundaciones y crecidas de ríos se han llevado por delante viviendas enteras, tramos de carreteras locales, vehículos, vías de tren e incluso puentes, entre ellos uno ferroviario de 80 metros de longitud en la localidad de Hita (prefectura de Oita) cuyos restos visitó Abe. (EFE)
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