La risa puede ser terapéutica y relajante. En Fukushima están apelando a ella para educar a los niños. Y no, no se trata de llevar a unos cómicos para que den un show y listo, se acabó, sino de clases. Así como hay clases de matemáticas, hay clases de comedia.
La junta educativa de Okuma, una localidad damnificada por el desastre nuclear de 2011, está aplicando esta singular iniciativa en tres escuelas de primaria y secundaria que funciona temporalmente en otro sitio, pues en Okuma rige una orden de evacuación.
Las autoridades educativas buscan que los niños se rían de manera espontánea para ayudarlos a mejorar sus habilidades de comunicación y su capacidad para expresarse, revela Asahi Shimbun.
Con la cooperación de la compañía Yoshimoto, que representa a muchos comediantes, la junta educativa de Okuma quiere llevar una sonrisa a los rostros de los niños evacuados.
¿Qué se enseña a los niños? A desarrollar un guion de manzai (stand-up comedy de estilo japonés) y escenificarlo en clases. El curso en total dura ocho horas.
En una reunión con directores de escuela, padres y niños, el jefe de la junta educativa, Toshihide Takeuchi, dijo que «los directores deben hacer reír al menos una vez al día». Luego bromeó: «Los maestros que no puedan hacer sonreír a los estudiantes en clases serán arrestados».
Takeuchi explicó que un objetivo clave es aliviar la ansiedad de los niños evacuados, que se esfuerzan mucho tratando de cumplir con las expectativas de los adultos. Su esperanza es que el curso los ayude a reír y relajarse.
Este tipo de iniciativas no es nueva. El año pasado, en dos escuelas de la localidad de Aizu-Wakamatsu se ofrecieron clases de manzai a cargo del dúo Penguin Nuts. Los estudiantes formaron dúos cómicos y competían entre ellos para hacer reír a los demás.
Los resultados son positivos: cada vez más niños se sienten capaces de expresar directamente sus opiniones a sus profesores y compañeros de clase. (International Press)
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