Hace casi cuarenta años el italiano Umberto Tozzi sumó a la historia de la música temas como «Te Amo» y «Gloria», canciones inolvidables y aún tarareadas por muchos que contrastan con el panorama actual en el que, según lamenta, «los éxitos solo duran una temporada».
Tozzi (Turín, 1952) no esconde su nostalgia y reconoce que aquellos años fueron «un momento de gran libertad y de gran democracia», un periodo «irrepetible e histórico» desde el punto de vista creativo que marcó a los artistas venideros.
«Había una creatividad de locura en aquella época. Algo que ahora no hay. Hay grandes éxitos pero no son como los de entonces. Son éxitos que duran una temporada. No veo ni escucho cosas que a mi juicio tengan las características de un gran éxito», consideró.
A él aquellos tiempos «extraordinarios» le pillaron en la veintena y a su juicio fueron mucho mejor que los actuales en los que, critica, «los jóvenes tienen muchos problemas y, sobre todo, no logran trabajos que les guste hacer».
Lo dice mientras ultima los detalles de la gira con la que conmemorará el 40 aniversario de otro de sus himnos, «Te amo», que comenzará con dos veladas en España, el 31 de marzo en el Liceo de Barcelona y al día siguiente en el Palacio de Congresos de Zaragoza.
Paralelamente, la próxima primavera podrá verse en las tiendas de discos y en las plataformas digitales su último trabajo discográfico que ha sido elaborado con el mismo objetivo que la gira y que llevará por título «40 anni che ‘TI AMO'».
«No pensé que todo mi repertorio resistiera tanto en el tiempo. Cuando comencé a componer pensaba en hacer canciones pero no que duraran tanto…
Un disco que deberá competir con los grupos que arrasan en la industria actual pero que para Tozzi, pese a ser «muy buenos», son personajes que «pertenecen a una generación totalmente nueva» y no cree que tengan un repertorio que pueda durar demasiados años.
En cualquier caso el objetivo será celebrar la longevidad de la carrera de un artista que nunca pensó en alcanzar semejante popularidad, hasta el punto de vender ochenta millones de copias en todo el mundo.
«No pensé que todo mi repertorio resistiera tanto en el tiempo. Cuando comencé a componer pensaba en hacer canciones pero no que duraran tanto en la historia de la música (…) Soy muy feliz por el recorrido que he hecho, de mi vida y de mi música», reconoce.
En su opinión las claves de su éxito son el talento, la suerte y una mezcla de cualidades técnicas basadas en la personalidad vocal que le han permitido pergeñar «un género nuevo», un estilo genuino.
«Yo seguramente he tenido la suerte de inventar un género musical, esto es importantísimo para un artista. Lo importante en la música es inventar algo, no hacer solo canciones bonitas. Debes tener un género que te distinga», asegura.
En su caso, Tozzi considera que su estilo está influido por la música inglesa, especialmente por los Beatles, su particular «escuela musical de vida», además de por una concienzuda atención a la sonoridad de las palabras que emplea en sus canciones.
«Para mi era muy importante el sonido de las palabras. He tratado de trabajar siempre sobre ese aspecto, de sacar un sonido que fuera internacional, no solo italiano. Esa ha sido mi diferencia, mi gran posibilidad», afirma.
En esta etapa de su vida, a punto de cumplir 65 años, prefiere las giras y las actuaciones en vivo porque, según dice, es sencillamente lo que más le divierte.
Asegura además que una de las cosas más importantes en este mundillo es «conservar la pasión de agarrar un instrumento y hacerlo sonar», tal y como hizo durante los años que recorrió el mundo, cosechando gran popularidad en América Latina.
Tozzi aún conserva esa pasión pero al mismo tiempo no niega los miedos y las dudas que ha experimentado en los últimos tiempos.
«Aún la conservo (la pasión). Tengo miedo de no lograrla. Quise dejar (la música) hace tiempo. Pero el directo es algo que en la vida, para alguien que ha hecho música como yo, se echa de menos», dijo.
En su música destaca la exaltación del amor, un sentimiento que según subraya, «debería ser alimentado» en un mundo, el actual, cada día más individualista.
«Quien da amor seguramente está mejor. Quien da amor no es egoísta. Es importante darle al prójimo un sentimiento de esta naturaleza», opina.
Es el mismo amor que transmitía a aquella Gloria de «cálida inocencia» que hizo célebre a partir de 1979 y que, para quién aún se lo pregunte, no era nadie, simplemente un nombre de mujer que no escondía «ninguna historia personal de amor detrás».
«Hasta la fecha no había conocido a ninguna mujer que se llamara Gloria. Después conocí muchas», comenta, guasón. EFE
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