Engañan a estudiantes extranjeros con sueldos irreales en Japón

Jóvenes no tardan en estrellarse contra la realidad

Decidió dejar su país, Vietnam, tras recibir un folleto que aseguraba que se podía ganar 2.000 dólares mensuales en Japón mientras se estudiaba. Se tragó el anzuelo. Hoy estudia en una escuela de idioma japonés en la prefectura de Tochigi, pero está lejos de ganar el dinero prometido.

La realidad, tal como explica Mainichi Shimbun, es esta: los estudiantes extranjeros en Japón pueden trabajar hasta 28 horas a la semana si reciben permiso del Ministerio de Justicia. Bajo estas restricciones, para que un estudiante pueda ganar 200.000 yenes (que es menos de 2.000 dólares, unos 1.740) al mes, tendría que recibir una paga de 1.800 yenes (15,7 dólares) por hora, algo muy difícil.


A algunos les mienten: les dicen que el límite de 28 horas se aplica por cada trabajo y que, por eso, pueden buscar otros empleos para ganar más dinero.

Uno de los estudiantes engañados fue el nepalés Roshan Khadka (26). Llegó a Japón en octubre del año pasado, atraído por la promesa de un bróker que le aseguró que ganaría entre 200.000 y 300.000 yenes (2.620 dólares) al mes.

Khadka le dijo a su familia que enviaría dinero desde Japón.


Entre gastos de viaje y matrícula de estudio, el nepalés pidió prestados alrededor de 1,2 millones de yenes (10.470 dólares) de instituciones financieras. Los intermediarios tomaron entre 150.000 y 180.000 yenes (1.308 y 1.570 dólares) como “comisión”.

El joven no tardó en descubrir que había un mundo entre lo prometido y la realidad. Gana 75.000 yenes (654,1 yenes) al mes en un trabajo a tiempo parcial en un hotel. Paga una renta de 32.000 yenes (279,1 dólares) y tiene que desembolsar 66.600 yenes (580,8 dólares) al mes por el préstamo que tomó.

Lo tristemente paradójico de su caso es que en vez de enviar dinero a su familia, esta le manda plata. Khadka estudia en una escuela de japonés en Tokio; sin embargo, lo que ahora quiere es trabajar más.


Algunos estudiantes huyen. En 2015, una persona fue arrestada en Tochigi por permitir que dos vietnamitas que habían huido de una escuela de japonés trabajaran ilegalmente en una fábrica de procesamiento de metales.

También hay quienes caen en la delincuencia. El 20 de enero, dos vietnamitas fueron detenidos por robar unos 40 neumáticos en la ciudad de Isesaki, Gunma. Uno de ellos era un estudiante.


Un vocero de la policía de Gunma declaró a Mainichi que si no se toman medidas rápidas para “hacer frente a los problemas con los estudiantes extranjeros, tendremos más y más extranjeros que permanezcan en Japón ilegalmente».

Para este policía, esto podría convertir a Japón en “un caldo de cultivo para la delincuencia”. Incluso cree que podrían meterse terroristas al país sin ser detectados. (International Press)

 

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