La historia comienza en 2011 cuando un hombre abandona el hogar que compartía con su esposa y su hija. Más adelante, acude a la escuela de primaria donde estudiaba su hija, se la lleva y la transfiere a otro colegio.
Impedida de ver a su hija, la madre llevó el caso a un tribunal de familia que en diciembre de 2015 estableció que podía visitar a su hija una vez al mes hasta por cinco horas.
El hombre, sin embargo, se negó a acatar el fallo alegando que si la madre veía a su hija podría llevársela.
Así las cosas, el Tribunal de Familia de Tokio ordenó al sujeto pagar un millón de yenes (8.700 dólares) cada vez que impida a la mujer ver a su hija.
El monto establecido, según Asahi Shimbun, es mucho más alto de lo que usualmente se fija en estos casos (hasta 100.000 yenes / 870 dólares).
El tribunal explicó que había tomado en consideración los altos ingresos del hombre para determinar la sanción. Además, recalcó que con la alta suma también busca disuadir al padre de negarle a su exesposa el derecho de ver a su hija.
El hombre apeló la sentencia ante el Tribunal Superior de Tokio.
Gracias al fallo de la justicia, la mujer pudo ver a su hija por primera vez después de varios años. (International Press)
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