Las erupciones se detuvieron el año pasado
La primera expedición para estudiar el suelo de la isla japonesa de Nishinoshima, a la cual se le adhirió una nueva ínsula surgida de la fuerte erupción de un volcán submarino en noviembre de 2013, acaba de zarpar rumbo al remoto archipiélago.
El equipo está integrado principalmente por miembros del Instituto de Investigación Sismológica de la Universidad de Tokio, informó hoy la cadena pública de radiotelevisión NHK.
Las erupciones submarinas comenzaron en la plataforma de la deshabitada isla en noviembre de 2013, y hacía finales de ese mes surgió una nueva masa de tierra a la que provisionalmente se bautizó como Niijima o Shinto (dos maneras de decir «Isla nueva» en japonés).
Sin embargo, el prolongado flujo de lava hizo que apenas un mes después la nueva isla se uniera a Nishinoshima, que desde entonces ha aumentado su tamaño original por 12.
La actividad en Nishinoshima, que se encuentra situada en pleno Mar de Filipinas a unos 1.000 kilómetros de Tokio, continuó durante prácticamente dos años y las autoridades aconsejaron navegar como mínimo a 6 kilómetros de sus costas debido a la posibilidad de que se produjera una nueva erupción en el fondo marino.
Puesto que desde noviembre de 2015 las erupciones se han detenido, las autoridades simplemente han limitado el acceso en un radio de en torno a 500 metros del cráter submarino, por lo que esta será la primera expedición en poner un pie y estudiar el suelo de la nueva superficie de la isla.
Durante la investigación, que durará hasta el 26 de octubre, el equipo instalará un sismómetro con un sistema de comunicación vía satélite para monitorizar la actividad volcánica.
También recolectará muestras de lava y cenizas y estudiará la formación de un ecosistema totalmente diferente tras las erupciones. (EFE)
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