Una de las víctimas se mostró aterrorizada y comenzó a pedir ayuda
Cuatro de los heridos en la masacre en una residencia de discapacitados japonesa presuntamente ejecutada por un extrabajador del centro han recuperado la consciencia en el hospital, informó hoy la cadena pública de radiotelevisión NHK.
Estas cuatro víctimas del apuñalamiento masivo, que ha dejado 19 muertos y 26 heridos, fueron ingresadas en el Hospital de la Universidad de Tokio en Hachioji, al oeste de la capital nipona, detalló la cadena.
Se trata de dos hombres y dos mujeres entre los 20 y los 60 años que ingresaron inconscientes el pasado 26 de julio, después de haber sido atacados de manera repetida con un cuchillo por Satoshi Uematsu, de 26 años.
Uno de los varones, cuya edad ronda la treintena, ingresó en estado crítico pero ha sido capaz de recuperarse tras ser operado, explicó a NHK el director de urgencias del hospital, Takao Arai.
Esta persona se mostró «aterrorizada» tras recuperar la consciencia y comenzó a pedir ayuda al personal médico, que lo tranquilizó explicando que estaba a salvo en un hospital y que Uematsu se encuentra detenido.
El centro médico tiene previsto ofrecer apoyo psicológico a estas víctimas y a sus familiares.
Uematsu irrumpió en la madrugada del pasado martes en la residencia de discapacitados psíquicos situada a unos 50 kilómetros al oeste de Tokio y tras inmovilizar al personal de guardia atacó a sus ocupantes a cuchilladas mientras dormían.
El ataque se prolongó unos 50 minutos y durante ese tiempo acabó con la vida de al menos 19 internos del centro e hirió a otros 26 (de los cuales cuatro se encuentran en coma), según han detallado fuentes policiales.
El presunto autor eligió como víctimas a algunos de los internos del centro con mayor grado de discapacidad, según el propio relato de Uematsu, que se entregó en una comisaría próxima a la residencia poco después de la masacre, una de las peores que ha vivido Japón desde el final de la II Guerra Mundial.
El sospechoso no ha expresado ningún arrepentimiento por los hechos, ya que, según él, pretendía «salvar» a las víctimas, algo que ya afirmó en una carta enviada a principios de año a un político japonés.
La misiva detallaba un plan para perpetrar una matanza como la del pasado martes, algo que llevó a la policía a interrogarlo y a su internamiento temporal en un centro psiquiátrico. (EFE)
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