Economista: japoneses ansían inflación siempre que haya subidas salariales

Miembro del Banco de Japón pide una meta de inflación más flexible

El economista Takehiro Sato, uno de los miembros del Banco de Japón (BoJ) más crítico con su actual línea, consideró que el objetivo inflacionario que se ha planteado debería ser más flexible y no ceñirse a un plazo concreto para su cumplimiento.

En un discurso pronunciado en un encuentro con líderes empresariales en la isla de Hokkaido, el economista consideró «innecesario» perseguir «bajo cualquier coste» la meta del 2 por ciento de inflación, defendida enérgicamente por el gobernador del BoJ, Haruhiko Kuroda, desde que accedió al cargo en 2013.

Al poco tiempo de llegar Kuroda el BoJ puso en marcha un gigantesco programa de flexibilización basado en la compra masiva de activos, entre ellos deuda pública, para lograr ese nivel de subida de precios en 2015 y cerrar casi dos décadas de deflación.

Pero la actual ralentización global y la caída del crudo han obligado a la entidad a retrasar este objetivo a 2017.

Sato recordó que el público nipón ansía inflación siempre que venga acompañada de subidas salariales, algo difícil precisamente por la actual tesitura global.

Ante este panorama el BoJ debería plantear la meta del 2 por ciento como «objetivo a medio-largo plazo», más que fijar fechas determinadas, dijo.

«Sigo sin entender porque Japón fija un plazo por su cuenta en un momento de tendencia «desinflacionista» en casi todo el mundo», añadió.

Además, el economista señaló que los referenciales negativos impuestos en febrero en el país asiático acabarán por tener el efecto contrario y provocar más rigidez a nivel monetario.

En este sentido, Sato, uno de los cuatro miembros de la junta de política monetaria que se opuso originalmente a la aplicación del tipo negativo, consideró que esta decisión ya está debilitando la función como intermediarios de los bancos, los cuales podrían empezar a restringir el crédito y perjudicar así al sector privado.

Desde el 16 de febrero, el BoJ aplica una tasa de negativa del 0,1 por ciento para determinados depósitos que los bancos tienen en la entidad de cara a evitar el «apalancamiento» de capitales. (EFE)