Producir ahora en Japón es más barato por la debilidad del yen
La debilidad del yen y la creciente demanda de ropa hecha en Japón por parte de los extranjeros están impulsando la producción de prendas de vestir en el país, revela el diario Nikkei.
Antaño, los fabricantes de ropa japoneses trasladaban su producción a países emergentes debido a los menores costos de producción. Hubo un momento en que la ropa fabricada en Japón representaba solo el 3 % de la ropa que se vendía en Japón. Ahora producir en el extranjero cuesta cada vez más.
En el último año, la compañía TSI ha incrementado en cinco puntos su producción en Japón a 27 %. Tras la adquisición de una fábrica en la prefectura de Miyazaki prevé superar el 30 %.
TSI compró la planta al también fabricante de ropa World por varios cientos de millones de yenes.
La fábrica producía 190.000 faldas y vestidos por año y empleaba a 110 trabajadores.
World, por su parte, tras arrastrar dos años consecutivos de pérdida decidió vender la fábrica en Miyazaki como parte de su plan para reorganizar sus operaciones, y cerrar de 400 a 500 puntos de venta, más o menos el 15 % de sus tiendas.
La etiqueta «Made in Japan» es un gran imán para los extranjeros,
El aumento de compradores extranjeros y la preferencia por productos de alta calidad hechos en Japón están fortaleciendo la demanda de prendas de vestir de producción nacional.
Otra de las empresas que intenta aprovechar la coyuntura es el fabricante de camisetas Kamakura, que a mediados de septiembre abrió una tienda en Ginza, Tokio, un importante destino turístico, para llegar a más turistas extranjeros.
Para hacer los artículos made in Japan fácilmente reconocibles y aprovechar la creciente demanda, el Consejo de la Industria de la Moda de Japón lanzó hace poco un sistema de certificación llamado «J Quality».
Este certificado garantiza que todo el proceso de fabricación del producto se llevó a cabo en Japón.
La etiqueta «Made in Japan» es un gran imán para los extranjeros, que tienden a confiar en la calidad de los productos fabricados en Japón.
El incremento de la demanda por parte de los extranjeros es un envión para los productores nacionales que deben lidiar con una población japonesa en declive. (International Press)
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