Desde el chocolate por obligación hasta el omiyage
¿Qué costumbres sociales te gustaría que se abolieran en Japón?, preguntó Yahoo! Japan a 200 jóvenes japoneses de 20 a 39 años.
El sitio RocketNews24 ha publicado las siete costumbres más mencionadas por los encuestados. Estas son:
1. Servir sake a tus superiores en la empresa
Japón es una sociedad muy jerarquizada. Así pues, en las fiestas o reuniones de la empresa, donde corre mucho alcohol, debes mantener el vaso de tu superior a tope y asegurarte de que nunca esté vacío.
Un encuestado, un hombre de 36 años, comenta: “Si yo tengo que estar constantemente sirviéndole a alguien, entonces no puedo disfrutar de la fiesta o concentrarme en hablar con nadie más».
2. Tener que aguantar juegos tontos
En las fiestas o reuniones de empresa donde abunda el alcohol es común que se realicen juegos que impliquen beber, cantar o presionar a los compañeros de trabajo para que se emborrachen. Mucha gente cree que estas prácticas, aparentemente graciosas, son infantiles y tontas, e incluso prefieren trabajar a someterse a ellas.
Para un hombre de 37 años, debería ser suficiente con “solo comer y beber algunas copas”.
3. Regalar chocolates a compañeros de trabajo por obligación
En el Día de San Valentín en Japón, hay dos tipos de chocolate que las mujeres dan: el que entregan a alguien por quien realmente tienen afecto o les gusta, y el «giri», por obligación, a los hombres que trabajan con ellas.
«Es una carga para quien lo tiene que dar y para las personas que tienen que fingir entusiasmo al recibirlo», dice una mujer de 37 años.
Para un hombre de 32 años es “un un fastidio tener que devolver el favor en el White Day”.
4. Tener que devolver el favor después de recibir regalos en ocasiones especiales
En Japón es costumbre recibir dinero en ocasiones especiales como una boda, pero estás obligado a devolver el favor con un obsequio que cueste exactamente la mitad de la cantidad de dinero que recibiste. El tener que calcular el monto y encontrar un regalo adecuado puede ser un dolor de cabeza.
«Prefiero no recibir el dinero, ya que es muy fastidioso tratar de devolver el favor», dice un hombre de 29 años.
«Es un inconveniente tanto para el que da como para el que recibe», apunta un hombre de 37 años.
5. El afterparty
No, no resulta suficiente tener que beber una vez con tu jefe. Como un partido de fútbol con tiempo suplementario, tienes que ir otro bar o restaurante para seguir la “fiesta”.
«Si ya hemos bebido, ¿por qué prolongarlo? Hay que dejar que aquellos que se quieren ir a casa se retiren, mientras que el resto continúe (bebiendo)», afirma una mujer de 36 años.
6. Tener que pagar dinero para asistir a una boda
¿Comida y trago gratis? No, ir a una boda en Japón cuesta.
«¡Es como si pagara una cuota de entrada!», se queja una mujer de 38 años.
«Es caro y si realmente tú quiere que yo vaya (a tu boda), ¿por qué tengo que pagarte?», pregunta un hombre de 33 años.
7. Llevar omiyage para todo el mundo en la oficina después de un viaje
A todos, aunque no te caigan bien.
«Es caro llevar omiyage a todos en la oficina», dice una mujer de 38 años.
Un hombre de 35 años se queja de lo pesado que resulta tener que preocuparse por comprar omiyage cuando estás de vacaciones. Además, “algunas personas nunca salen de vacaciones, por eso nunca llevan omiyage. Todo el sistema es injusto y desequilibrado». (International Press)