No tienen por qué afectar las relaciones con China
Tres ministras del Gobierno de Japón visitaron el jueves el polémico santuario tokiota de Yasukuni, un gesto que suele enfurecer a China y Corea del Sur, que lo consideran un símbolo del antiguo imperialismo nipón.
Con motivo del festival anual de primavera del santuario, pasaron por Yasukuni las titulares de Gestión nacional de desastres, Eriko Yamatani; de Activación de la mujer, Haruko Arimura; y de Interior, Sanae Takaichi.
Se trata de las tres primeras representantes del Gabinete del primer ministro conservador Shinzo Abe que visitan este año el controvertido recinto.
El ministro portavoz nipón, Yoshihide Suga, afirmó en rueda de prensa que las visitas fueron a título privado, y señaló que «no tienen por qué afectar» a las relaciones entre Tokio y Pekín, tras la reunión que mantuvieron en Yakarta para estrechar lazos los líderes de ambas potencias, Shinzo Abe y Xi Jinping.
El propio Abe ha evitado ir a Yasukuni desde de que una visita suya en diciembre de 2013 desatara las iras de Pekín y Seúl e incluso las críticas de Washington (que consideró la decisión como contraproducente para la estabilidad de la región), y tanto este año como el pasado se ha limitado a enviar árboles a modo de ofrenda.
Yasukuni, que honra a los caídos por Japón entre finales del siglo XIX y 1945 (entre ellos 14 criminales de guerra de clase A), ha sido una especial fuente de fricciones diplomáticas en las últimas décadas entre Tokio y sus vecinos. (EFE)
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