Volkswagen le pisa los talones
Ramón Abarca / EFE
Un nueva «arquitectura» que le permite construir automóviles más baratos y mejores. Esta es la manera en la que se reinventa la nipona Toyota para intentar seguir siendo líder mundial del motor.
La empresa familiar, liderada por Akio Toyoda y que cuenta con más de 330.000 empleados en todo el mundo, ha querido presentar a bombo y platillo la que ha denominado como «Nueva Arquitectura Global» (TNGA, en inglés).
«Se trata de un nuevo comienzo para Toyota», aseguró el pasado jueves el vicepresidente ejecutivo de la compañía, Mitsuhisa Kato, ante más de cien periodistas en una de las plantas de la compañía en Toyota City (centro), la ciudad japonesa donde se encuentra la sede del gigante nipón.
El presidente Toyoda, poco dado a las apariciones públicas, ha utilizado un comunicado para explicar el objetivo del renacimiento de la compañía.
«Los drásticos y repentinos cambios en la industria significan que los modelos convencionales de pensar y hacer negocio no nos ayudarán nunca más a crecer de una manera sostenible» por lo que considera necesario construir un «nuevo modelo de negocio».
En realidad este sistema que incluye innovaciones tecnológicas en sus plantas y la optimización de gastos con el uso de plataformas base para varios modelos, fue ya presentado en 2013, pero a finales de este año será cuando se fabrique el primer coche de la nueva era Toyota.
La compañía nipona sigue con ello la senda iniciada por la alemana Volkswagen en 2012, que fue pionera en el sistema de utilizar un diseño básico para construir múltiples variaciones que se adaptan a diferentes mercados.
La nipona aspira a fabricar la mitad de sus modelos con este sistema para 2020 y calcula que reducirá los costes de producción de cada vehículo en un 20 por ciento.
Según los analistas, Toyota, el gran emblema de la industria japonesa, ponía en riesgo su liderazgo como el mayor fabricante de vehículos del mundo por ventas si no se subía al carro de la competitividad.
De hecho, aunque la nipona ostentó por tercer año consecutivo en 2014 el liderazgo mundial, tras superar la cifra récord de 10 millones de vehículos vendidos, su principal competidor, Volkswagen, le piso los talones con un crecimiento mayor en las ventas.
La poderosa compañía no quiere repetir el desastre de 2011 cuando perdió su reinado y retrocedió al tercer puesto, tras la alemana y la estadounidense General Motors, por el enorme impacto que tuvo en la industria nipona el tsunami que azotó Japón ese año.
La imagen de Toyota, que asumió que había querido crecer demasiado rápido, se vio además fuertemente dañada por las gigantescas llamadas a revisión de varios de sus modelos en 2010 por un problema de aceleración, considerado uno de los mayores escándalos de la industria automovilística.
Precisamente, uno de los riesgos que los expertos ven en estos nuevos sistemas que incrementan los componentes comunes en la fabricación de varios modelos es el aumento de las llamadas a revisión por parte de los fabricantes.
Para Toyota, la puesta en marcha de la nueva arquitectura coincide con el final del periodo de tres años denominado «pausa intencionada» que el actual presidente y nieto del fundador puso en marcha en 2013 para frenar el rápido crecimiento y fortalecer la competitividad.
Durante ese periodo Toyota congeló los proyectos de nuevas plantas de producción para centrarse en alcanzar la plena utilización de las instalaciones existentes.
La idea es que las nuevas fábricas, cuyo coste se reduce un 40 por ciento, sean más compactas, con una reestructuración y rediseño de las líneas de ensamblaje, que se vuelven más horizontales y efectivas.
Aunque la compañía de Aichi no ha confirmado todavía donde levantará sus nuevos puntos de producción, los medios nipones ya han empezado a diseñar el mapa de expansión de la compañía y hablan de nuevas plantas en Asia, y también en México y Brasil.
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