Gobierno japonés ignora orden de Okinawa de parar las obras de la nueva base de EEUU

Base militar de Futenma.

 

Se intensifica enfrentamiento entre Tokio y autoridades okinawenses


Futenma

El Gobierno de Japón decidió continuar con las obras para la reubicación de una polémica base militar de Estados Unidos en la isla de Okinawa (sur), pese a la orden emitida por el Gobierno local de suspender dichos trabajos.


La iniciativa intensifica aún más el enfrentamiento entre el Ejecutivo central y el regional por la construcción de las nuevas instalaciones militares, un proyecto atascado desde 1996 por la fuerte oposición de los políticos y la población local.

En particular, el Ministerio nipón de Defensa prosiguió con las perforaciones submarinas que lleva a cabo frente a la localidad de Henoko (prefectura de Okinawa), la primera fase para la reubicación de la base militar estadounidense de Futenma.

«No hay motivos para detener la operación en estos momentos», afirmó el ministro portavoz del Ejecutivo nipón, Yoshihide Suga, en rueda de prensa.


Suga añadió que el Gobierno ha recibido la «petición» del Ejecutivo local y que la está «analizando», y señaló que mientras tanto, «las obras continuarán».

El pasado lunes, el nuevo gobernador de Okinawa, Takeshi Onaga, ordenó la suspensión de estas obras con el argumento de que habían dañado los arrecifes de coral de la zona y vulneraban la normativa medioambiental.


Este político conservador llegó al poder en noviembre tras una campaña centrada en el rechazo a la presencia estadounidense en estas islas.

Asimismo, un centenar de personas se concentró frente a Camp Schwab, otra de las bases estadounidenses de Okinawa y ubicada cerca de donde se ubicarán las nuevas instalaciones militares, para protestar contra el proyecto.

La base de Futenma, de 480 hectáreas, se ubica en el mismo centro urbano de la localidad de Ginowan (94.000 habitantes), rodeada de viviendas y edificios públicos, lo que durante años ha generado protestas de sus ciudadanos por el ruido y por la posibilidad de que se produzcan accidentes.

Mientras que Tokio defiende el traslado como vía para garantizar la permanencia de la base en Okinawa y reducir su impacto sobre la población, el Gobierno local se opone frontalmente a la construcción de la nuevas instalaciones con vistas a terminar con la presencia estadounidense en la región a medio plazo.

Okinawa alberga a más de la mitad de los cerca de 48.000 efectivos que EEUU mantiene en Japón, y un 20 % del suelo de la isla principal del archipiélago es terreno militar estadounidense. (EFE)

 

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