Con el fulgor de las lucecitas navideñas iluminando la oscuridad de la noche, vuelven los recuerdos de años atrás, cuando el mismo centelleo cálido alumbraba las veladas que pasamos junto a seres queridos, seres que ya no están cerca a nosotros, algunos que ahora están lejos y otros que se fueron para siempre….
Cuanto más esta época nos transmite mensajes de paz y de amor hogareño, más sentimos la nostalgia por la ausencia de aquellos cuya presencia era una parte de estos momentos navideños.
Aunque aparentemente todos los días son iguales, el significado que le atribuimos al 24 de diciembre mueve nuestro corazón; la Navidad nos transmite mensajes de amor infinito, de hogar, de humildad y de paz.
Reunámonos y compartamos, sobrepasemos los rencores que tan solo el orgullo interfiere que perdonemos, transmitamos a nuestros hijos las tradiciones de nuestros países, de como celebrar la navidad, con su pesebre, su comida, sus villancicos.
¿Conoces a alguna persona que está sola? No la dejes, invítala para tener momentos juntos; vivamos y sintamos plenamente la felicidad de estar en compañía, de poder celebrarlo juntos, con un espíritu de comunión, compartiendo, agradeciendo, perdonando…puede que mañana ya no sea posible. La vida es efímera, nada nos asegura que la próxima Navidad será la misma que la de este año.
(*) Psicóloga clínica radicada en Japón. Contacte con ella llamando al 090-2245-4021 o por correo electrónico: consultas@hotmail.co.jp