Países como Colombia, Paraguay, Ecuador y Perú han decidido otorgar protagonismo a la cultura en sus planes de Gobierno.
En Latinoamérica comienza a despertar el interés por el aporte de la cultura, también conocida como «la economía naranja o creativa», al desarrollo económico, explicó el consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Felipe Buitrago.
Buitrago, coautor del libro «La Economía Naranja: una oportunidad infinita», destacó que este proyecto pretende «incentivar el debate en torno a las industrias culturales» y «promover las ideas de los jóvenes innovadores».
«Apostamos por un lenguaje visual que apele a las emociones y a los sentidos», puntualizó el experto colombiano al referirse a la asociación de la creatividad con el color naranja, que representa una «metáfora del fuego y la pasión».
El experto se refirió a su libro, en coautoría con Iván Duque Márquez, exdirector de asuntos culturales del BID, como «una herramienta para iniciar el diálogo entre las autoridades y la sociedad civil» acerca del aporte de la cultura a la economía.
Buitrago hizo hincapié en la labor de las actividades culturales, junto con la educación y la ciencia, para contribuir al desarrollo de las nuevas tecnologías e incentivar el talento y la tolerancia en la sociedad.
Igualmente, enfatizó la importancia de crear una alianza entre las personas emprendedoras con los ciudadanos creativos para «sacar el jugo a los proyectos innovadores y volverlos sostenibles» y dijo entender por «economía naranja» «la transformación de las ideas en bienes y servicios que repercutan favorablemente en la sociedad».
En este sentido, la promoción de la cultura comienza a tener protagonismo en la agenda de los gobiernos en la región, como es el caso del mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, que incluyó la «economía naranja» entre las prioridades de su gestión.
Al igual que Colombia, las autoridades de otros países como Paraguay, Ecuador y Perú han decidido otorgar protagonismo a la cultura al decidir incluirla como tarea pendiente en los planes de gobierno, aseveró Buitrago.
A nivel local, varias ciudades latinoamericanas optaron por promover iniciativas creativas, según el experto, como Mar del Plata, en Argentina; Xalapa, en México, o Santiago, en la República Dominicana.
Las autoridades no pueden seguir ignorando el aporte de las actividades creativas en cuanto a la creación de empleos, que representan el 11 % en México, el 5,8 % en Colombia, el 4,5 % en Perú, el 4,9 % en Uruguay, el 3,2 % en Argentina, o el 2,3 % en Chile.
Sin embargo, Buitrago aseguró que todavía nos encontramos en una etapa muy inicial en cuanto a reconocer el potencial de la cultura y de las industrias creativas como un indicador que contribuya al desarrollo de las economías, a pesar de su aporte significativo.
«Hace falta incrementar la financiación y los incentivos al sector cultural», agregó.
De cara al futuro, explicó que se prevé una reunión mundial en 2016 para «integrar de manera global las industrias creativas» y en noviembre próximo en Washington está previsto el lanzamiento del Sistema de Información Cultural de Las Américas (SICLA). EFE
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