Lo califican de mentiroso, idiota e incompetente
El alcalde de Osaka, Toru Hashimoto, ha sido criticado, tanto en Japón como en el extranjero, por sostener que las comfort women fueron necesarias para mantener la disciplina de los soldados japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.
Aunque en una conferencia de prensa con medios extranjeros aseguró que sus declaraciones fueron sacadas de contexto y que reprueba el sistema de prostíbulos que estableció su país, Hashimoto genera un amplio rechazo incluso en su propia ciudad.
The Japan Times encuestó a varios habitantes de una de las principales ciudades de Japón para conocer sus impresiones sobre el controvertido tema.
Edo Lastiri, un septuagenario estadounidense que se refiere a sí mismo como un “hippie retirado” y que vive en Osaka desde hace 30 años, dice con humor que Hashimoto es “el perfecto ejemplo de por qué los pañales y los políticos deben ser cambiados con frecuencia, y por la misma razón”. Además, lo considera un incompetente como alcalde y piensa que debería dejar la ciudad para armar su show en Tokio.
Por su parte, Masaaki Nagai, un empleado japonés de 44 años, opina que Hashimoto debe apartarse de los reflectores nacionales y concentrarse en fortalecer el clima empresarial y la industria turística en Osaka. Nagai hizo hincapié en que la economía de la ciudad necesita a los turistas de China y Corea del Sur, y que las declaraciones del alcalde son desfavorables en ese sentido.
Dom Steward, un gerente de marketing escocés de 47 años, no se ahorra sutilezas para atacar a Hashimoto, al que califica de “mentiroso” y “bastardo ladrón como todos los políticos”. Steward espera que no repita el plato como alcalde, aunque como la política es un “desastre”, Hashimoto –a quien también se refiere como un “idiota” y una “vergüenza para Osaka”– podría convertirse en el primer ministro de Japón en cinco o diez años.
Motoko Aimoto, una profesora universitaria japonesa de 55 años, dice que los comentarios de Hashimoto son “estúpidos” y que este debería ser consciente del alcance de sus palabras, que comprometen a la ciudad.
Jan Merkle, un estudiante alemán de 20 años, critica que Hashimoto haya creado un escándalo en torno a un tema que no tiene ninguna relación con la ciudad.
Finalmente, Tomohiko Tanaka, un empleado japonés de 25 años, también opina que Hashimoto está desprestigiando a Osaka. Tanaka admite que simpatizó con el controvertido alcalde cuando recién apareció en la escena política porque aportaba frescura a una atmósfera viciada, pero que ahora su nacionalismo de derecha y su política de mano dura contaminan el ambiente.
