Industria del motor representa el diez por ciento de la población laboral japonesa
La decisión de Toyota y Nissan de reducir su capacidad de producción en Japón, motivada principalmente por la fortaleza del yen, afectará a los fabricantes de autopartes, reveló el diario Nikkei.
Nissan tiene previsto reducir la capacidad operativa de su planta de Oppama (Kanagawa) y ha trasladado parte de su producción a Kyushu, donde los costos laborales son menores que en Kanto. Sin embargo, un limitado número de proveedores de Nissan tiene la capacidad financiera para mudarse a Kyushu.
Además, la segunda compañía automovilística nipona tras Toyota está utilizando cada vez más piezas fabricadas en Corea del Sur y China.
En la otra orilla, muchos abastecedores de Toyota, que operan en la región de Tokai, serán poco afectados por la decisión del gigante del motor de reducir su capacidad de producción en el país.
«Mantener el nivel de producción interna en los 3 millones de unidades sigue siendo alto. Creo que un nivel de 2,7 a 2,8 millones es apropiado», dijo un representante de uno de los principales proveedores de Toyota.
Los fabricantes de vehículos son conscientes de que la eficiente cadena de suministros es una de las fortalezas de la industria manufacturera japonesa. Todo ello –subrayó Nikkei– podría comenzar a desmoronarse si los fabricantes de automóviles trasladan demasiada producción al extranjero y deciden usar más piezas de otros países asiáticos.
Por otro lado, el ejecutivo de una compañía automovilística advirtió de que si la demanda cae tras la expiración del incentivo estatal a la adquisición de vehículos ecológicos y se incrementa el impuesto al consumo, la producción nacional podría disminuir.
El declive de la producción podría asestar un fuerte golpe al empleo, pues la industria del motor representa el diez por ciento de la población laboral.
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