Libro de escritora española revela fantasías sexuales de personajes célebres
Carmen Sigüenza / EFE
Thomas Edison cuando iba al teatro hablaba con su novia en morse con los dedos sobre sus muslos desnudos y Patti Smith se masturbaba mientras escribía. Estas son algunas de las mil fantasías eróticas que ha reunido la escritora española Roser Amills en un libro.
Un libro, que bajo el título «Las 1.001 fantasías más eróticas y salvajes de la historia», editado por Entre Parentésis, en España y Latinoamérica, agrupa con mucho sentido del humor y documentación, cientos de fantasías de personajes célebres, escritores, políticos, artistas, actores y actrices, algunos ya muertos, pero también vivos.
Einstein, Marilyn Monroe, Warren Beatty, Fernando Sánchez Dragó, Borges, Rosa Regás, Julio Iglesias, Madonna, Eva Longoria, Naomi Campell o Courtney Love cruzan su sueños y deseos más húmedos en este libro con Juan Ramón Jiménez, Fidel Castro, Hitchcock, Hitler, Ava Gardner, Cleopatra, María Félix, Frida Kahlo, Amy Winehouse.
Un libro que empezó a tomar cuerpo en la poeta y narradora Roser Amills (Algaida, 1974) cuando trabajaba y recaba información para un poemario sobre erotismo.
«Comencé a buscar en archivos, libros, vídeos, películas y biografías y vi que el tema era fascinante y daba para mucho porque cada historia era más divertida», explica a Efe la autora de este curioso libro que ha escrito bajo la premisa de Luis Buñuel, que decía: «La imaginación no delinque».
Pero fuera de las fantasías sexuales, el libro también recoge la tan mencionada disputa que ha recorrido el mundo, con un ojo morado incluido, entre los premios Nobel Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez. Todo por culpa de una azafata nórdica, en opinión del escritor colombiano Juan Gossaín y que recoge la autora en el libro.
Según esta teoría, Vargas Llosa le dio un puñetazo a García Márquez al encontrase a la salida del cine con sus respectivas parejas.
La razón, siempre según el libro, fue que el escritor peruano no perdonó que el colombiano le dijera a su mujer que pidiera el divorcio y no le perdonara porque estaba teniendo un «affaire» con una azafata sueca.
El libro también se hace eco de la revelación que hizo en febrero de 2011 la periodista y locutora Miariam Quiroga, «una secretaria todo terreno» sobre la relación que había mantenido con el fallecido expresidente argentino Néstor Kirchner.
Y otro expresidente, el cubano Fidel Castro, también tiene su hueco en el libro. En su caso, por su debilidad por las prostitutas con citas muy privadas y clandestinas.
Salvador Dalí, a quien le fascinaba la cocina y que la consideraba un orgasmo más, tenía fantasías «caníbales», pues para el genial artista, quien soñaba con empequeñecer a Gala para tragársela como una oliva, «el canibalismo es una de las manifestaciones más evidentes de la ternura».
A la espía por excelencia, Mata Hari, su marido le arrancó un pezón de un mordisco, no se sabe de si en ataque de ira, pasión o muerto de celos por un afán erótico-caníbal.
Y en la especialidad de fetichismos varios se llevan la palma Boris Vian, que escribía su nombre con esperma; Cleopatra, que de voraz apetito, cuenta la leyenda que fue capaz de practicar felaciones a miles de hombres o Kafka quien tenía obsesión por masturbarse en el cuarto de baño.
Mirando por la mirilla de puertas más actuales el lector se va a encontrar con una Eva Longoria a la que le estimula ser atada con pañuelos de seda, y a Madonna, Tarantino, Naomi Campbell o Marilyn Manson, que se mueren por chupar los pies.
Entre otras especialidades o manías se descubren la del rey del rock Elvis Presley que se movía entre voyeurismo, parejas copulando y encuentros sáficos.
El libro recoge un innumerable anecdotario de cientos de casos, como Michael Douglas que padece «satiriasis», que, durante los rodajes, se pone preservativo incluso en las escenas sin sexo y que se masturba entre escenas.
Maupassant también lo tenía claro: «Para que se me levante, me basta con pensarlo». Orgías y mucho sexo bisexual se dan cita en María Fénix, Tamara Lempicka, Leonardo Da Vinci, Bowie, Greta Garbo o Gabriela Mistral, entre otros muchísimos personajes.
«He querido que el libro fuera fundamentalmente divertido, simpático y que propicie conversaciones de sobremesa y temas de conversación para parejas con inquietudes culturales… si tu novio o tu novia es demasiado intelectual y le notas desabrido… cuéntale alguna de estas historias y ya verás que como mínimo os reís un rato… más», concluye la autora a Efe.