Testimonio del japonés que asesinó a una joven británica después de violarla
Tatsuya Ichihashi, el violador y asesino de la británica Lindsay Hawker, reveló durante el juicio que se le sigue que encerró a la joven en su apartamento por temor a que ella revelara la agresión sexual de que la había sido víctima, informó Mainichi Shimbun.
El japonés de 32 años mantuvo prisionera a Hawker en su vivienda situada en Ichikawa, Chiba, a pesar de que ella le suplicaba que la liberara.
«Ella me pidió que la dejara ir a su casa y me dijo que no iba a reportar el incidente a la policía», dijo Ichihashi. «Incluso me dijo que confiara en ella y que podía darme su carné de extranjería. Yo quería dejarla ir a su casa, pero como le había pegado en la cara, tenía moretones debajo de los ojos y pensé que la gente le iba a preguntar qué le había pasado, así que no podía dejarla ir», agregó.
Ichihashi contó que perdió el conocimiento durante unas 12 horas después de tenerla tomada fuertemente del cuello con su brazo izquierdo mientras ella intentaba huir. La joven murió posteriormente.
«Cuando me desperté, me di cuenta de que estaba atrapado en el peor de los escenarios. Yo sólo quería que fuera un sueño», dijo Ichihashi entre lágrimas.
«Luego de haberla violado, quería establecer una relación personal con ella y pedirle que me perdone. Cuando ella trató de huir, sin embargo, la dominé poniendo mi brazo izquierdo alrededor de su cuello. No pensé que iba a morir. Ni siquiera me di cuenta de que estaba presionando su cuello», dijo, negando una vez más que tuviera intención de matarla.
Ichihashi explicó que llevó a Hawker a su apartamento para que le diera lecciones de inglés. Sin embargo, «egoístamente pensé que quería mantener relaciones íntimas con ella», mientras estaban en el ascensor que conducía a su vivienda. Él reconoció que violó a Hawker poco después de que entraran en su apartamento: «Yo sucumbí a mis tentaciones».
El japonés negó haber asesinado a Hawker durante o inmediatamente después de la agresión sexual. Aseguró que ella, que tenía las manos y piernas atadas, le preguntó si la iba a matar. Él pensaba pedirle perdón y le dio agua y habló con ella por un tiempo.
Ya de noche, unas 15 horas después, la joven británica consiguió liberarse, comenzó a gritar e intentó huir. Ichihashi se abalanzó sobre ella y le tapó la boca con las manos. «A medida que ella luchaba frenéticamente para escapar, yo la sujetaba más, tratando de hacerla desistir», relató.
Una mujer canadiense que compartía habitación con Hawker testimonió ante el tribunal que cuatro días antes del incidente, Ichihashi había seguido a la joven británica tras verla en el metro de Tokio y le había dicho: «Por favor, enséñame inglés».
Los hechos ocurrieron en marzo de 2007.
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