“Los accidentes son totalmente distintos”, afirma organismo internacional
El OIEA dijo que no se puede comparar el accidente de Fukushima con el de Chernóbil porque son «totalmente distintos», después de que las autoridades japonesas hayan elevado hasta el nivel máximo la gravedad de lo acaecido en la planta atómica nipona dañada por el terremoto y posterior tsunami.
La subida de la calificación «no transmite que es peor de lo que se pensó (inicialmente)», aseguró en Viena Denis Flory, subdirector de Seguridad Nuclear del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en relación a la decisión de elevar de 5 a 7 la calificación de la gravedad del accidente.
Flory insistió en que ya se tenía conocimiento de que se había producido un escape radiactivo en la central de Fukushima, pero que hasta el momento no se sabía la cantidad de radiación liberada.
«El hecho de que el accidente haya sido valorado como 5 (en la escala de 7) significa sólo que, hasta ahora, no se había evaluado la cantidad del escape».
Flory negó que se pueda comparar la situación en la central japonesa con la explosión registrada en la planta ucraniana de Chernóbil en abril de 1986, que provocó el accidente nuclear más grave de la historia y el único, hasta Fukushima, calificado de importancia 7.
«Los accidentes son totalmente distintos. Las mecánicas son completamente distintas. Y vemos que el nivel del escape, como han evaluado los expertos japoneses, son significativamente distintos», indicó Flory.
El experto francés indicó que los reactores 1, 2 y 3 de Fukushima ha liberado hasta el momento un 7 por ciento de la pérdida registrada en la unidad 4 de la planta de Chernóbil (las autoridades japonesas han hablado de hasta un 10 por ciento).
El responsable del OIEA recordó que Chernóbil se produjo cuando el reactor estaba en pleno funcionamiento y que la explosión fue tan fuerte que arrojó los materiales radiactivos a muchísima altura en la atmósfera, algo que no ha ocurrido en el caso japonés.
Flory insistió en que cuando el 18 de marzo Japón situó lo sucedido en Fukushima en el nivel 5 de la escala, aún no era posible evaluar el impacto en la población y en el medio ambiente ya que no había concluido la labor de medición del material radiactivo liberado.
Por eso, reconoció que en aquel momento las autoridades japonesas ya tenían claro que tendrían que modificar su calificación.
«Sabían que hubo una fuga, pero no el tamaño, y dependiendo del tamaño sabían que eventualmente tendrían que elevar de categoría» el accidente.
El nivel 7 en la Escala Internacional Nuclear y de Sucesos Radiológicos (INES) se aplica a sucesos en los que se produce una elevada fuga radiactiva que puede tener amplios efectos en la salud y en el medioambiente, que requieren la puesta en marcha de medidas de corrección.
En ese sentido, Flory insistió en que la escala no establece las medidas a tomar ante un accidente nuclear, sino que sirve para comunicar al público la gravedad de la situación.
«Si el Gobierno ha evacuado a la gente y ha prohibido la venta de comida, es porque había razones para hacerlo», indicó Flory al referirse a que las medidas de seguridad fueron ya tomadas antes de calificar como 7 el accidente.
«No cambia lo que se ha hecho en el tema de evacuación, control del medioambiente, etc… No cambia nada en la forma y lo que hicieron las autoridades japonesas y el operador (de la planta), según el conocimiento de lo que era necesario y usando las normas de seguridad del OIEA», subrayó el experto. (EFE)
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