Japón busca evitar que los ancianos mueran solos

Se incrementa el número de personas mayores que viven aisladas de la sociedad


Casi una de cada cuatro personas en Japón tiene más de 65 años. La sociedad japonesa está envejeciendo rápidamente. Cada vez más ancianos viven solos, y eso significa que mueren en completa soledad. A veces, sus cuerpos sin vida son descubiertos varios días después de haber expirado.

Para evitar esta penosa situación, las autoridades se han aliado con instituciones como la oficina de correos para reforzar el contacto humano con las personas de la tercera edad y, por ende, mejorar su calidad de vida, reportó Reuters.


En Shinagawa (Tokio), donde el año pasado al menos 25 ancianos murieron solos en sus casas, los carteros visitan una vez al mes a personas mayores de 65 años para entregarles tarjetas de felicitación.

«Esperamos fortalecer los lazos dentro de la comunidad», dijo Akihiro Hara, un funcionario local de Shinagawa.

De esta manera, los carteros verifican que los ancianos se encuentren bien, y si fuera necesario avisan a su oficina local, que a su vez se pone en contacto con hospitales o funcionarios de asistencia social.


El año pasado 4,6 millones de personas de la tercera edad vivían solas en Japón.

La renuencia profunda de los japoneses a interferir en las vidas de los demás, incluso de los que viven cerca, acarrea que algunas de estas personas puedan pasar días enteros sin hablar con nadie.


Otro problema es el alejamiento de las tradiciones de respeto a los ancianos y de los fuertes lazos comunitarios, que está originando el incremento del aislamiento.

«De alguna manera esto puede tener sus ventajas, porque podemos ser libres, independientes. Sin embargo, la desventajas es que nos ignoramos unos a otros», dijo la analista Tomoko Inukai, citada por Reuters.

«Una de las características terribles de la sociedad japonesa es que tratamos a nuestros ancianos como si fueran animales sin vida», añadió.

No faltan las iniciativas para integrar a los ancianos a la sociedad.

Un agente de bienes raíces ha comenzado a promover la idea de que madres solteras y ancianos compartan el techo. Los ancianos interesados ​​en alquilar un espacio en sus casas (donde viven solos) podrían rentárselo a madres solteras que necesitan una vivienda asequible.

Pero la iniciativa no carece de problemas, admitió Hiroshi Kuwayama, director ejecutivo de de la empresa inmobiliaria Now-e.

“Las madres solteras son jóvenes y más flexibles para aceptar la idea de compartir una casa, pero toma tiempo para que los ancianos la acepten”, manifestó.

Otros esfuerzos intentan cubrir necesidades como la alimentación.

Mills, una empresa en Niigata, ofrece comidas diarias para adultos mayores que no puedan ir de compras o cocinar para ellos mismos. Además, chequea que estén bien de salud.

«Cuando es posible, les damos tres comidas al día, todos los días del año, excluyendo los días festivos de Año Nuevo», contó Masahi Hayashi, gerente de Mills.

«Cuando entregamos la comida, también nos aseguramos de que nuestros clientes estén a salvo», añadió.

Hayashi manifestó que su personal ha recibido entrenamientos para brindar primeros auxilios. «Afortunadamente no han tenido que hacerlo hasta ahora», indicó.

Sin embargo, los empleados que hacen delivery son a menudo los primeros en encontrar a los ancianos muertos.

«Un defecto enorme en la sociedad japonesa es que no nos miramos a los ojos cuando estamos caminando por las calles. Tenemos que volver a pensar en el miedo que tienen los japoneses a interactuar con los demás», concluyó la analista Tomoko Inukai.

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