
La creciente popularidad de los pagos sin efectivo en Japón ha puesto en aprietos a muchos comercios pequeños y medianos, que enfrentan un aumento considerable en los costos operativos debido a las comisiones cobradas por las plataformas de pago. Esta situación ha llevado a algunos establecimientos a replantearse su modelo de cobro, e incluso a suspender completamente las opciones de pago digital.
Uno de los casos más notorios en los últimos días ha sido el de FamilyMart, una de las principales cadenas de tiendas de conveniencia del país. En varias de sus sucursales se han colocado carteles que advierten a los clientes sobre el alto costo de las comisiones de los pagos electrónicos, recomendando —aunque sin imponerlo— el uso de efectivo o de su sistema interno de pagos, Famipay.
EL PESO DE LAS COMISIONES
Según explicó la empresa matriz de FamilyMart, esta medida no busca prohibir los pagos digitales, sino simplemente incentivar aquellos métodos que generan menos carga financiera para los negocios. Las comisiones de las plataformas de pago electrónico suelen oscilar entre el 2 % y el 3 %, lo cual puede parecer bajo, pero representa una pérdida importante en márgenes muy estrechos, especialmente cuando los costos de los productos también se han incrementado.
Este fenómeno ha sido especialmente problemático para pequeños negocios. Fuji TV citó el caso del restaurante Togoshiya de Tokio, especializado en onigiris, evaluó internamente la posibilidad de dejar de aceptar pagos digitales, luego de que sus costos por arroz y rellenos prácticamente se duplicaran desde 2024. No obstante, la realidad del mercado los obliga a seguir ofreciendo esa opción.
“El problema no es que queramos dejar de usar pagos digitales, sino que no podemos costear su impacto. Pero ya no es una opción decir que no”, explicó Eiji Kimoto, gerente de operaciones del local.
SUPERMERCADOS ELIMINAN PAGOS SIN EFECTIVO
Mientras algunos comercios resisten la presión de mantener pagos digitales, otros han decidido cortar por lo sano. El supermercado Seisenkan Muranushi, en la ciudad de Sendai (prefectura de Miyagi), eliminó por completo todas las formas de pago sin efectivo a partir de abril.
A cambio, lanzó una campaña de descuentos del 1 % durante diez días, como forma de trasladar al cliente el ahorro generado por evitar las comisiones. “Preferimos devolver ese dinero directamente a nuestros clientes. Con el aumento brutal de los precios, incluso un 1 % hace la diferencia”, explicó el presidente de la empresa, Yoshiharu Muranushi.
Analistas de mercado consideran que estas decisiones de eliminar pagos digitales son comprensibles, aunque representan un retroceso frente a los objetivos del gobierno japonés, que en marzo anunció que el país alcanzó una tasa del 40 % de pagos sin efectivo, cumpliendo la meta propuesta para 2024. (RI/NI/IP/)
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