¿Comer sano a cualquier hora? El poder de la “nutrición en su horario”

Natto o yogur por la mañana es importante para la salud, según nutricionista japonesa.

Aunque comer saludable siempre ha sido clave para el bienestar, nuevos estudios indican que cuándo comemos puede ser tan importante como qué comemos. La llamada “nutrición en su horario” o «crononutrición» está influyendo en nuestra forma de entender la alimentación. Al igual que los medicamentos deben tomarse en ciertos momentos para ser eficaces, los alimentos también rinden distinto según la hora del día.

Desde alimentos tradicionales como el natto (soja fermentada) y el yogur hasta productos frescos como el tomate, la eficacia de sus nutrientes varía según el reloj biológico. La nutricionista y especialista en salud Rieko Mochizuki explicó en el diario Mainichi cómo la ciencia actual conecta el ritmo interno del cuerpo con una alimentación más estratégica y efectiva.


El cuerpo no es igual por la mañana que por la noche. Cada día, nuestro cuerpo atraviesa distintos estados fisiológicos. La temperatura corporal, la producción de hormonas y la digestión se comportan diferente según la hora. Por eso, la crononutrición sugiere adaptar la dieta al “reloj interno” que regula nuestras funciones vitales.

Este enfoque cobra especial relevancia en un contexto en el que las enfermedades metabólicas —como obesidad, diabetes o hipertensión— están al alza, en parte por ritmos de vida desordenados y horarios de comida poco saludables.

¿NATTO POR LA NOCHE? ¿YOGUR PARA DORMIR MEJOR?


Tomar ciertos alimentos en momentos específicos potencia sus beneficios. Por ejemplo, el natto y el yogur en el desayuno ayudan a elevar la temperatura corporal y activar el sistema digestivo. Sin embargo, si se consumen de noche, sus efectos cambian: el natto puede ayudar a prevenir coágulos sanguíneos al amanecer, mientras que el yogur favorece la producción de hormonas del crecimiento durante el sueño, mejorando la regeneración celular y la salud de la piel.

En el caso del tomate, un alimento rico en antioxidantes, su consumo en la mañana permite una mejor absorción de nutrientes. Hasta hace poco, este tipo de detalles pasaban desapercibidos.

LA CIENCIA DETRÁS DE «CUÁNDO COMER»


El desarrollo de la crononutrición se aceleró tras la entrega del Premio Nobel de Medicina en 2017 a tres científicos estadounidenses que identificaron genes relacionados con el “reloj biológico”. Descubrieron que todas las células del cuerpo siguen ritmos de unas 24 horas, y que alterarlos puede generar efectos negativos en la salud.

Desde entonces, esta rama de la ciencia se ha expandido en nutrición, farmacología y medicina. Investigaciones actuales demuestran que una alimentación alineada con el ritmo circadiano puede prevenir enfermedades, mejorar el rendimiento deportivo e incluso contribuir a la estética y longevidad.


EL RELOJ CORPORAL SE AJUSTA CON LA LUZ Y LA COMIDA

El cuerpo humano cuenta con un “reloj central” en el cerebro, que se regula con la luz solar, y varios “relojes periféricos” en órganos y tejidos, que responden principalmente a los horarios de comida.

Exponerse a la luz de la mañana ayuda a sincronizar el reloj principal, lo que activa funciones diurnas como el metabolismo y la atención. Por otro lado, comer en horarios fijos, especialmente por la mañana, ajusta los relojes periféricos. Saltarse el desayuno o comer tarde en la noche puede alterar esta coordinación, provocando síntomas similares al jet lag, aumento de peso o fatiga crónica.

RIESGOS DE COMER A DESHORA

La vida moderna —con jornadas laborales extensas, cenas tardías y acceso constante a comida— ha desorganizado nuestros ritmos naturales. Las diferencias entre los hábitos alimenticios de fines de semana y días laborales también afectan la estabilidad del reloj corporal.

Además, la tendencia a cenar en exceso o sustituir el desayuno por un café puede parecer inofensiva, pero a largo plazo, contribuye al deterioro del metabolismo y aumenta la probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas.

COMER BIEN TAMBIÉN ES COMER A TIEMPO

Los expertos en nutrición señalan que incluso si se consumen los nutrientes adecuados, hacerlo en momentos equivocados puede limitar su absorción. De nada sirve comer muchas verduras al mediodía si el cuerpo las asimila mejor por la mañana, o ingerir proteínas antes de dormir si interrumpen el descanso.

En tiempos de inflación y aumento de precios, saber cómo, cuánto y cuándo comer se vuelve más valioso que nunca. Incorporar principios de la crononutrición no solo optimiza la salud, sino que también mejora la calidad de vida sin necesidad de gastar más.

Mochizuki concluye que este enfoque no busca imponer reglas estrictas, sino ofrecer herramientas para tomar decisiones más inteligentes. Aprender a escuchar nuestro cuerpo y respetar sus ritmos naturales puede ser la clave para una vida más larga, sana y equilibrada. (RI/AG/IP/)


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