El nuevo primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, ha sido categórico en su primer discurso oficial al delinear los pilares de su gobierno, destacando una robusta política económica orientada a superar los desafíos que enfrenta el país. Entre los aspectos más relevantes, Ishiba enfatizó la necesidad de consolidar el crecimiento mediante el aumento de salarios y la inversión, para impulsar una economía de alta productividad.
Ishiba asumió como primer ministro tras ganar las elecciones internas del Partido Liberal Democrático (PLD), y ha lanzado una clara promesa: seguir el legado económico de su predecesor, Fumio Kishida, mientras introduce nuevos elementos que fortalezcan la economía japonesa en un contexto global altamente competitivo.
El mandatario subrayó que uno de los principales objetivos de su administración será salir definitivamente de la deflación, un desafío que ha afectado a Japón durante décadas. Para ello, anunció medidas centradas en un «crecimiento impulsado por el aumento salarial y la inversión», reconociendo que la capacidad de las empresas para generar ingresos está directamente relacionada con la recuperación económica a largo plazo. El enfoque, señaló, será la transición hacia una economía basada en la creación de alto valor agregado, alejándose de la tradicional política de recortes de costos.
POLÍTICA FISCAL Y TRANSPARENCIA
Otro de los puntos clave en su intervención fue el énfasis en la transparencia fiscal. Ishiba prometió una profunda reforma en la financiación de los partidos políticos y la gestión del dinero público. Esto incluye la creación de un órgano de supervisión independiente para garantizar el uso adecuado de los recursos estatales. «El dinero que se utiliza en política debe ser manejado con transparencia total, algo que será fundamental para recuperar la confianza de los ciudadanos en sus instituciones», aseguró el mandatario japonés.
Además, Ishiba se comprometió a explicar detalladamente a la ciudadanía las razones detrás de cualquier política económica que implique un gasto público significativo, asegurando que todas las decisiones estarán respaldadas por un análisis riguroso y un uso responsable del dinero público.
SEGURIDAD ECONÓMICA Y SEGURO LABORAL
En línea con su visión de asegurar un crecimiento sostenido, el primer ministro también se refirió a la importancia de reforzar la seguridad económica del país, destacando que Japón debe estar preparado para enfrentar los desafíos de la globalización. En este sentido, enfatizó la necesidad de aumentar la productividad en sectores clave como la industria automotriz, los semiconductores y la agricultura, incentivando la inversión extranjera y desarrollando nuevas tecnologías que permitan a Japón mantenerse competitivo.
Asimismo, Ishiba destacó la importancia de mejorar las condiciones laborales, especialmente para los jóvenes y las mujeres, sectores de la población que han enfrentado mayores dificultades en el mercado laboral japonés. Anunció un plan ambicioso para incrementar el salario mínimo a 1.500 yenes por hora a nivel nacional, con el objetivo de crear un ciclo virtuoso donde el aumento de salarios impulse el consumo y, a su vez, fomente la inversión empresarial.
LA URGENCIA DE ABORDAR LA INFLACIÓN
La actual inflación, exacerbada por los elevados costos de la energía y los alimentos, ha sido una de las preocupaciones inmediatas del nuevo gobierno. Por ello, Ishiba indicó que una de sus primeras acciones será la implementación de un paquete de medidas económicas para aliviar a las familias más vulnerables y combatir la subida de precios. Entre las políticas propuestas, figuran subsidios para las familias de bajos ingresos y apoyos directos a sectores estratégicos que han sido duramente golpeados por el aumento de los costos.
En conjunto, las políticas económicas del nuevo primer ministro Shigeru Ishiba buscan no solo estabilizar la economía en el corto plazo, sino también sentar las bases para un crecimiento sostenido que permita a Japón enfrentar con éxito los retos del futuro. (RI/International Press)
