El trágico destino de Iwao Hakamada y su hijo: Un vínculo roto por 58 años

Iwao Hakamada y su hermana Hideko (TBS)

Iwao Hakamada, de 88 años, condenado a muerte en 1966 por el asesinato de cuatro personas en Shizuoka, Japón, vive una de las tragedias más desoladoras: la separación de su único hijo durante 58 años.

Desde su arresto, Hakamada no ha visto a su hijo, y el tiempo que han pasado separados ha dejado huellas profundas en la vida de ambos. A pesar de la distancia y los años de confinamiento, el amor de un padre persiste en su mente.


En una reciente tarde de agosto de 2024, Hakamada, ahora en libertad provisional, le entregó a su hermana, Hideko, un pequeño oso de peluche con una solicitud: que se lo diera a su hijo, creyendo erróneamente que lo visitaría al día siguiente. Ese encuentro nunca ocurrió, y el presente aún descansa en el hogar de su hermana, como un símbolo de los años perdidos.

FUE ENVIADO A UN ORFANATO

Cuando Hakamada fue arrestado, su hijo aún era un niño pequeño. En aquel entonces, sin comprender la gravedad de la situación, el niño señalaba las imágenes de su padre en televisión y decía «papá, papá» cuando lo veía. Durante el juicio, Iwao mencionaba a su hijo con frecuencia en sus cartas, demostrando una clara preocupación por su bienestar. A pesar de su condena a muerte en 1968, su deseo de proteger a su hijo siempre estuvo presente.


Con el tiempo, los familiares decidieron que lo mejor para el niño era que creciera apartado de la tragedia. Fue ingresado en un orfanato, lo que Iwao aceptó, pidiendo a su hermana que cuidara de él y agradeciendo a los maestros que lo cuidarían en el futuro.

ENTRE EL DELIRIO Y LA REALIDAD

En 1980, la pena de muerte de Hakamada fue ratificada, lo que lo llevó a rechazar cualquier contacto con su familia. Fue durante estos años que su salud mental empezó a deteriorarse por el temor de ser ejecutado. El diario Mainichi contó que luego, hace unos 30 años, Hakamada se encontró con su hermana en el centro de detención. No sabía dónde, ni cómo se enteró, pero conocía que su hijo estaba casado, así que le preguntó a Hideko: «¿Con qué persona se casó?».


En 2014, Hakamada fue liberado tras pasar 47 años y siete meses en prisión, luego de que el tribunal de Shizuoka ordenara una revisión del caso. Aunque continúa en un estado de oscilación entre el delirio y la realidad, también se han producido cambios visibles. Las palabras y acciones de Hakamada han comenzado a mostrar más cariño por el recuerdo de su hijo y, a los ojos de Hideko, parece fortalecerse día a día.

Pequeños gestos, como dar dinero a niños que lo visitan, revelan su necesidad de expresar ese amor que no ha podido ofrecer a su propio hijo. Hideko sospecha que en su mente, esos niños son una representación de su propio hijo, cuya imagen se mantiene intacta en su memoria desde que era pequeño.


UN REENCUENTRO POSIBLE

La vida de Hakamada ha estado marcada por la lucha para demostrar su inocencia ante una sentencia con pruebas falsas. Ayer, después de 58 años de su detención y condena a muerte, el hombre que soñaba con ser boxeador le ganó a la injusticia y fue declarado absuelto de todo delito en el nuevo juicio.

Durante el proceso, Hideko testificó en nombre de su hermano, leyendo una de las cartas que Iwao había escrito a su hijo poco después de ser arrestado mostrando la profunda conexión emocional que mantenía con él.

El fallo del nuevo juicio limpió el nombre de Hakamada y cerró uno de los capítulos más oscuros de la justicia japonesa. Si se le declaraba inocente, la hermana se había propuesto buscar a su sobrino y aunque 58 años de separación no pueden deshacerse, la esperanza de un reencuentro sigue viva en el corazón de su familia. (RI/AG/IP/)

Suscríbete a International Press GRATIS

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a International Press y recibe nuestras noticias primero.

ANIME/MANGA

『PR』PATROCINADOS


Descarga el App de Súper Tokio Radio


AUTOMÓVIL