Las esperadas vacaciones han comenzado para los estudiantes japoneses, pero trae consigo las abrumadoras «tareas escolares de verano» (Natsu yasumi no shukudai). Tanto para los niños como para los padres, estas tareas suelen ser una fuente de estrés y preocupación, dice un enfoque de la revista Aera.
Sin embargo, en los últimos años, ha habido un cambio en el enfoque de las tareas de verano. Algunas escuelas están reformando estas tareas, e incluso, algunas han decidido eliminarlas por completo.
En julio, un post en la red social X, hecho por un maestro de primaria, fue retuiteado más de 3.500 veces. En el post, el maestro anunciaba que su escuela había eliminado todas las tareas de verano.
Las reacciones al post fueron variadas. Algunos padres expresaron preocupación por la falta de tareas, temiendo que los niños solo jugarían videojuegos. Otros aplaudieron la decisión, argumentando que las tareas forzadas no son efectivas.
Un padre en Tokio comentó que en la escuela de su hija, solo se requiere un proyecto de investigación libre como tarea. Los maestros prefieren que los estudiantes se concentren en tareas más significativas.
En Nagoya, la escuela primaria Noyori decidió no usar más el cuaderno de tareas tradicional «Verano de Vida». En su lugar, los niños planifican sus propias actividades educativas para el verano.
El director de la escuela, Kenichi Onishi, explicó que se busca fomentar la autonomía en los estudiantes. Prefieren que los niños aprendan a tomar decisiones y gestionar su tiempo desde pequeños.
Otra escuela, la primaria Nishishinjuku en Tokio, eliminó completamente las tareas de verano. El director, Mitsutoshi Nagai, cuestionaba la utilidad de las tareas repetitivas que solo medían la lealtad de los estudiantes.
Nagai también decidió eliminar las tareas durante el semestre, las pruebas periódicas y los boletines de calificaciones. Prefiere evaluar a los estudiantes de manera individual y fomentar su creatividad y autoaprendizaje.
Estas reformas han generado inquietud entre algunos padres y educadores. Sin embargo, la respuesta general ha sido positiva, demostrando que un enfoque más flexible y centrado en el estudiante puede ser beneficioso para su desarrollo. (RI/AG/IP/)