3.568 personas quedaron varadas y se perdieron en las montañas japonesas en 2023 y necesitaron ayuda, según datos de la policía que publica Kyodo.
De ellas, 335 murieron o siguen desaparecidas y 1.400 resultaron heridas. 145 eran extranjeras.
La cifra es un máximo histórico, la más alta desde que existen registros al respecto en 1961.
Hubo un fuerte aumento de incidentes en montañas populares, donde se hace mucho senderismo, como el Monte Fuji.
El número de montañistas que quedaron encallados en el Monte Fuji subió un 90 % con referencia a la media de los últimos cinco años.
En otro muy visitado destino para hacer caminatas, el Monte Takao, en las afueras de Tokio, el incremento fue de 68 % en el mismo período.
Por ello, un funcionario de la Agencia Nacional de Policía de Japón exhortó a las personas a asegurarse de estar bien equipados (botas de montaña, teléfonos, etc.) antes del ascenso y, algo fundamental, presentar un formulario de registro de escalada.
El documento es clave por si hubiera necesidad de hacer una operación de búsqueda y rescate.
Por otro lado, como medida de seguridad, el gobierno de la prefectura de Yamanashi está construyendo una puerta en la quinta estación del sendero Yoshida para reducir la congestión de personas, así como para disuadir a los visitantes que quieren llegar a la cumbre durante la noche, sin regresar a dormir a las cabañas durante su ascenso.
La puerta impedirá la entrada a quienes no tengan reserva para ocupar las cabañas entre las 4 p. m. y las 3 a. m.
Además, limitará el número de montañistas por día a 4.000. (International Press)
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