Cada vez más mujeres en Japón son renuentes a regalar chocolates a sus compañeros de trabajo el día de San Valentín, una obligación social que también fastidia a muchas esposas de los hombres que reciben los obsequios.
Y no por celos, ni nada parecido, sino por la carga económica que acarrea.
Un mes después de San Valentín, los hombres que reciben los chocolates de sus colegas mujeres tienen que retribuir los regalos con otros, y quienes por lo general se encargan de ello son las esposas, revela el sitio News On Japan.
Un grupo de esposas compartió en línea sus opiniones sobre la obligación social que entraña esto.
“Me gustaría que los hombres casados no recibieran chocolates de San Valentín. Soy yo quien tiene que comprar el regalo de devolución. Al final me cuesta más del doble, así que tengo muchas ganas de que (la costumbre) pare”, dice.
También es habitual que los obsequios de devolución cuesten el doble o más de lo recibido en San Valentín.
No es poca plata. Dependiendo de la cantidad de chocolates recibidos por el hombre, la esposa podría gastar varios miles de yenes o incluso más de 10.000 yenes (66,6 dólares) en los regalos de retribución.
Hay esposas, sin embargo, que no gastan el doble, sino la misma cantidad que costó el chocolate recibido en San Valentín.
Algunas optan por chocolates baratos, de 300 a 500 yenes (2-3,3 dólares), e incluso por regalos grupales.
Un par de mujeres contó que en los trabajos de sus esposos reemplazaron los obsequios individuales por colectivos (una caja de chocolates o galletas para todos, por ejemplo) y que, con el paso del tiempo, se abolió la tradición.
Ahora bien, no todas están en contra de la costumbre; a algunas les gusta.
“Me alegro cuando mi esposo recibe chocolates porque significa que puedo comer chocolates que normalmente no compramos”, dijo una.
“Me emociono cuando trae a casa chocolates de 3.000 o 4.000 yenes (20-26,6 dólares)”, escribió otra.
Los chocolates de San Valentín suelen ser especiales y más caros.
Algunas incluso disfrutan ir de compras en busca de los regalos de devolución.
Además, hay quienes creen que no recibir ningún chocolate es malo.
“Me sentiría un poco mal si mi esposo no recibiera ni siquiera un chocolate”, dice una. ¿Significa eso que es detestado en su trabajo?
Los chocolates pueden ser un barómetro de las relaciones en el trabajo. Cuántos te regalen puede indicar cuánto te aprecian. (International Press)
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