En enero se vendieron 334.838 automóviles nuevos en Japón, una caída de 12,4 % con respecto al mismo mes del año pasado.
La caída del mes pasado fue la primera en 17 meses, resalta Kyodo.
El descenso se produjo en medio de un escándalo de falsificación de pruebas de seguridad que involucró a Daihatsu, y que afectó sus operaciones.
La disminución fue particularmente profunda en el sector de minivehículos, cuyas ventas cayeron un 22,9 % a 117.912 unidades, la cifra más baja para el mes desde que existen registros en 1999.
Las ventas de Daihatsu, uno de los mayores fabricantes de minivehículos de Japón, se desplomaron un 62,2 % a 19.346 unidades.
También sufrieron fuertes caídas las de Toyota y Subaru, 51,2 % y 64,3 %, respectivamente, también perjudicados por la suspensión de envíos por parte de Daihatsu.
Daihatsu suspendió todas sus operaciones, en Japón y el extranjero, en diciembre.
El 12 febrero reanudará parcialmente su producción nacional. En Indonesia y Malasia ya la reinició tras el visto bueno de sus autoridades. (International Press)