Durante el funeral de Estado del ex primer ministro de Japón, Shinzo Abe, que se realizó el 27 de septiembre, hubo largas colas para usar los baños de hombres.
El evento, desarrollado en el Nippon Budokan en Tokio, duró varias horas y en un momento llegó a haber hasta 50 hombres en fila para usar un baño.
En cambio, con las mujeres no hubo ese problema.
¿Por qué? ¿Había muchos baños para hombres y pocos para mujeres?
No, la razón fue que la mayoría de las “personas importantes” invitadas al funeral de Estado fueron hombres, revela Mainichi Shimbun.
La autora del artículo publicado por Mainichi, la periodista Michiko Yamada, dice que las extensas colas para utilizar los baños de hombres fueron una muestra de la brecha de género que existe en Japón, que anda a la zaga en materia de igualdad con respecto a otros países desarrollados.
Hablando de baños, Yamada recuerda que en 1990, cuando fue asignada al área de política del diario, no había baños solo para mujeres en la zona de la Cámara de Consejeros del edificio de la Dieta.
Las mujeres tenían que hacer sus necesidades en una parte cerrada de los baños de hombres.
Además, en el club de prensa de la oficina del primer ministro tampoco había baños de mujeres. Las periodistas tenían que usar un baño de hombres en el sótano, y colgar un letrero de madera en la puerta que decía “ocupado por mujeres”.
Las reporteras se unieron para exigir un cambio, y tiempo después el baño del sótano se hizo solo para mujeres.
Desde entonces las cosas han cambiado, pero por lo visto en el funeral de Estado de Abe no tanto como deberían.
Paradójicamente, Abe, cuando ejerció como primer ministro, decía que quería promover la participación activa de las mujeres en la sociedad, recuerda la periodista. Su funeral mostró otra realidad. (International Press)
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