Avelino Guillén ¿la última oportunidad de Pedro Castillo?, por Michel Azcueta

Castillo, el 4 de noviembre de 2021, día que tomó juramento al Dr. Avelino Guillén (Foto Andina)

 

El presidente Castillo, con gran naturalidad, se atrevió a confesar que “no me prepararon para gobernar” y que ha tenido que aprender. Es una confesión muy poco común entre los presidentes que nos gobernaron en las últimas décadas.


Recuerdo la victoria de Fujimori que, al darse cuenta de que había ganado y ante la falta de un equipo propiamente suyo, llamó a un gobierno de unidad nacional con presencia en el gabinete de diversos partidos democráticos, desde el PPC hasta la Izquierda Unida de aquella época, claro que duró seis meses aquella experiencia que sirvió para iniciar la salida de la crisis general en la que vivíamos. Fujimori no siguió esa línea y ya sabemos en qué se convirtió.

Me pregunto hoy, después de la renuncia de Avelino Guillén como ministro del Interior y la nula respuesta del presidente Castillo, qué es lo que aprenden los presidentes que no han sido preparados para tal cargo. Más aún en el caso de Pedro Castillo, un maestro sindicalista, sin anterior experiencia de gestión pública.

Precisamente como maestro me imagino que debe recordar que todo aprendizaje tiene como marco, consciente o inconsciente, un modelo a imitar. Cuando hablamos de modelo a imitar desde un gobernante, en la Escuela Mayor de Gestión Municipal proponemos tener claro el modelo de persona, el modelo de sociedad y el modelo de desarrollo ya que con los tres, se puede lograr una visión integral de lo que quiere el gobernante ya sea alcalde, gobernador regional o presidente de la República. Pareciera que no ha sido el camino de aprendizaje seguido por el presidente que hemos elegido.


El modelo de persona es esencial en un ambiente de corrupción generalizada, de mentiras y mediocridad como lo venimos señalando una y otra vez. El modelo de persona con los valores que defiende sirve tanto para la actuación individual como el personaje público y sirve también para elegir a las personas que te van a rodear en la gestión pública que estás asumiendo. Insisto en lo de “público” que supone que no hay secretos ni secretismos en la importante función que se asume.

El modelo de sociedad sigue como la suma de los valores, intereses y objetivos de las personas que conforman una comunidad local, regional y nacional, con identidades culturales, con éxitos y fracasos, con historias propias que el equipo de gobierno debe conocer y fortalecer. Hace falta aquí tener planteamientos claros para poder compartirlos, algunos se defenderán como condiciones mínimas, otros se dejarán para otro momento, se acogerán algunos de los propuestos por los miembros del gobierno y otros, inclusive, se incorporarán de propuestas de los rivales en las elecciones, pero uno tiene un modelo de sociedad, con valores a seguir.

no sé, sinceramente, qué es lo que está aprendiendo el profesor Castillo en los meses que lleva como presidente. Parece que no logra formar un equipo coherente que le ayude a gobernar. Parece que no defiende a personas con valores…

Y, de los dos anteriores, se define el modelo de desarrollo integral asumido desde los gobiernos transformado en un plan con objetivos de corto, mediano y largo plazo teniendo en cuenta los contextos en los que se gobierna, conscientes de que se está trabajando en democracia, con transparencia absoluta.


Con los tres modelos se conforman los equipos de gobierno y no sé, sinceramente, qué es lo que está aprendiendo el profesor Castillo en los meses que lleva como presidente. Parece que no logra formar un equipo coherente que le ayude a gobernar. Parece que no defiende a personas con valores y principios, transparentes, como es el caso del Dr. Avelino Guillén. Parece que no logra transmitir los altísimos valores del mundo rural andino a los otros sectores que conforman, con valores propios, la nación.

Cuánto deseamos que el presidente Pedro Castillo no pierda esta gran oportunidad de hacer un gobierno diferente con valores, con participación de múltiples actores, con objetivos claramente definidos. Sería una catástrofe que el hecho de haber aceptado la renuncia del Dr. Guillén signifique que el período de aprendizaje ha terminado y que sólo va a seguir haciendo lo que ha aprendido en estos siete meses.


 

(*) Michel Azcueta. Exalcalde de Villa El Salvador, en Lima, Perú.

 

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