“Hola, mamá, soy yo”. Las estafas que comienzan con frases como esta, a través de una llamada telefónica, son comunes en Japón.
El 7 de enero, alrededor de las 11 de la noche, una octogenaria que reside en Tokio recibió la llamada de un hombre que dijo ser su hijo.
El hombre le dijo que había perdido un maletín que, entre otras pertenencias, contenía su hanko (sello) y que, por lo tanto, no podía retirar dinero. “¿Podrías prestarme algo de dinero?”, le preguntó.
La anciana le creyó al estafador y le dijo que guardaba lingotes de oro en su casa, revela Asahi Shimbun.
Aproximadamente una hora y media después, un hombre apareció en la casa de la mujer, le dijo que era colega de su hijo y que iba a recoger el “préstamo”, tal como habían acordado.
La anciana le entregó al cómplice lingotes de oro por valor de unos 30 millones de yenes (263 000 dólares) y 600 000 yenes (5 260 dólares) en efectivo.
Una hora más tarde, la mujer llamó a su verdadero hijo. Ahí se dio cuenta de que había sido timada.
Lo particular de este caso es que el hombre que llamó sabía el nombre y la profesión del hijo de la víctima, lo que facilitó que esta cayera en la trampa.
La policía hizo público el robo el miércoles y exhortó a la gente a colgar el teléfono de inmediato si recibe una llamada como la que le hicieron a la anciana. Acto seguido, debe comunicarse con el pariente que supuestamente la llamó para cerciorarse. (International Press)
