La muerte en marzo de Wishma Sandamali, una mujer de Sri Lanka de 33 años, en un centro de inmigración en Nagoya por falta de atención médica provocó críticas contra las autoridades de inmigración en Japón.
La joven extranjera estaba detenida por permanecer de manera ilegal en Japón.
La jefa de la Agencia de Servicios de Inmigración de Japón, Shoko Sasaki, expresó su profundo pesar por el fallecimiento de la mujer.
En entrevista concedida a Asahi Shimbun, dijo: «Es extremadamente lamentable que se haya perdido la vida de una persona».
Sasaki se comprometió a realizar “un examen de conciencia” sobre el caso e implementar “una política de inmigración que se adapte a los tiempos”.
Japón ha sido criticado por los largos periodos de detención de extranjeros indocumentados, que pueden superar los cinco años entre rejas.
Sasaki aseguró que Japón abolirá la política de detener a todos los extranjeros en situación ilegal.
«Estoy decidida, con incansable resolución, a poner fin a la política», manifestó.
Sasaki dijo que se asegurará personalmente de que los casos se examinen de manera individual para evaluar si es necesario que el extranjero en situación ilegal permanezca detenido.
Asimismo, prometió implantar medidas para prevenir los largos periodos de detención. (International Press)
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