Más de 1.300 personas asistieron al funeral del médico japonés Tetsu Nakamura, asesinado en Afganistán, en la ciudad de Fukuoka, informó la NHK.
El hijo de Nakamura dijo que la muerte de su padre significaba una enorme conmoción y un profundo dolor para la familia. Añadió que la gran cantidad de personas que los están apoyando representa una fuente de consuelo.
Participaron en el funeral Masayuki y Junko Ito, cuyo hijo Kazuya fue secuestrado y asesinado en Afganistán hace 11 años, mientras trabajaba con Nakamura. Junko declaró: «Cuando perdimos a nuestro hijo, oramos para que algo así nunca volviera a suceder. Es desgarrador».
Khaled Reshad, un médico afgano que conocía bien al médico, manifestó: «El Dr. Nakamura trabajó más duro para Afganistán que los afganos. Siempre pensaba en lo que la gente necesitaba. Estoy descorazonado por lo que le sucedió».
Un hombre de 74 años, compañero de estudios de Nakamura, declaró a Kyodo que el médico era “una gran figura global de la que la escuela estaba orgullosa».
La NHK destacó a Nakamura como “una figura humanitaria e inspiradora”, trabajando para los más necesitados durante décadas en Afganistán y Pakistán, como médico y contribuyendo a la construcción de sistemas de riego.
Nakamura fue premiado por su labor en Afganistán; recibió incluso la ciudadanía honoraria. El presidente afgano cargó su ataúd durante una ceremonia de despedida realizada en el aeropuerto de Kabul.
El médico y cinco personas que viajaban con él, todas afganas, en dos coches murieron en un atentado el miércoles pasado.
La policía ha detenido a seis personas por su relación con el ataque, perpetrado por siete u ocho hombres. El atentado, que nadie se ha atribuido, habría sido planificado durante un año o dos. (International Press)
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